Fue un día de esos que te hace meditar sobre todo en las visitas de los cementerios pudiendo
ver la magnitud de lo ocurrido el verano del 44.
9º Día: 5 de Agosto: Bayeux
Hoy visitamos Bayeux, ciudad medieval que quedó intacta tras la Guerra al no ser
bombardeada y ser la primera liberada.
La primera parada en “El Tapiz de Bayeux”. Es una impresionante obra de bordados de lana
sobre tela de lino fabricada en el s. XI. Con una longitud de 70 metros por 50 centímetros de altura,
relata con sencillez, pero con todo lujo de detalles el por qué y el cómo de la conquista de Inglaterra
en 1066 por Guillermo el Conquistador.
A la salida un pequeño río con numerosos diques y norias sirve de magnífico paisaje para
parar a hacer unas fotografías.
Al lado se encuentra la
Catedral de Notre Dame,
consagrada en presencia de
Guillermo en 1077. Con agujas y
torres góticas. Bajo su cripta
encontramos unos estupendos
frescos. La iglesia románica que
se erigió aquí es posible que
fuese la causa de la elaboración
del tapiz para exponerlo durante
la inauguración eclesiástica por
encargo del obispo Odo.
Atravesando la gran plaza
de De Gaulle llegamos hasta “El
Museo Memorial de la Batalla de
Normandía” en el cual se sigue
paso a paso el desarrollo de la
batalla. Contiene una excelente colección de fotografías algunas realmente impresionantes. Junto al
museo se puede ver un Cementerio Británico (4.868 tumbas).
Terminamos el recorrido con un agradable paseo por las calles del centro (Rue de St. Malo y
Rue de St. Martín), zona comercial con un gran bullicio.
10º Día: 6 de Agosto: Dinard (188 Km.)
Cambiamos Normandía por Bretaña. Llegamos hasta Dinard donde encontramos completo
su Camping Municipal y nos alojamos en St. Lunaire a unos 600 m del anterior en el Camping La
Touesse. Una única parcela que acaba de ser desalojada. Cómo para pensárselo.
Por la tarde recorrimos a pie Dinard, población muy turística.
Rodeando la costa desde la Pointe de la Malouine se recorre un bonito paseo por acantilados
hasta llegar a la preciosa playa de L´Ecluse. Un auténtico hormiguero de bañistas en una mar
tranquilo que ignoran la baja temperatura debida a una intensa niebla.
Adentrándose en el centro, en la Plaza de La República nos sorprendió un mercadillo de
antigüedades, donde se podían encontrar las cosas más insospechadas.
Desde aquí hasta la playa de St. Enogat, rodeada de preciosas y lujosas mansiones de piedra.