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          Miércoles 18 de agosto de 2010
        
        
          Después del suculento desayuno a base de tostadas con
        
        
          margarina y mermelada, zumo y café con leche, nos ponemos en
        
        
          camino a Galicia, Tui es nuestra parada. Ya habíamos estado allí
        
        
          Sara y yo, Ana no lo conocía,  en el área había un sitio entre otras
        
        
          dos autos, una de ellas estaba llenando y se marchaba, cambiamos
        
        
          unas impresiones con ellos mientras dejábamos pasar el tiempo
        
        
          con el fin de que el sol perdiese algo de fuerza. Marchan esta
        
        
          pareja vasca y rápidamente ocupan el sitio un matrimonio
        
        
          Valenciano que llevan
        
        
          ¡¡dos meses de vacaciones!!
        
        
          Bueno, la
        
        
          envidia es terrible, nada de envidia sana ni insana ni leches, solo
        
        
          envidia y ganas de que me toque esa lotería, pero visto lo visto la
        
        
          cosa está más que difícil.
        
        
          Por fin nos hacemos los valientes y enfilamos la cuesta
        
        
          hacía la Iglesia de Tui, una maravillosa construcción con un
        
        
          pórtico impresionantemente grande, y una torre formidable, no
        
        
          en vano es una construcción no solo clerical si no también
        
        
          fortaleza. Es visitable el claustro, la torre y el museo
        
        
          catedralicio, todo por 2 €.
        
        
          Un paseo por el pueblo tranquilo y maravilloso, un refrigerio
        
        
          en una terraza y una cena en un restaurante con terraza al aire