Llegamos
finalmente
al
Boulevard Wilson en el que
había un paseo ajardinado
muy agradable. Además de las
numerosas
estatuas
que
jalonan los jardines es de
destacar la impresionante
fontaine de Palmarole, cuyos
chorros de agua se iluminan
por la noche.
Paseando tranquilamente por los jardines llegamos hasta el símbolo de Perpinya:
El Castellet, antigua puerta y prisión de la ciudad donde nos hicimos las
correspondientes fotos. Tras tanta visita cultural había llegado la hora de tomar una
merecida cervecita en una terraza antes de volver al cámping.