

Vamos avanzando por la calle. Nos faltan ojos para ver todo, las
fuentes, las fachadas, algunos escaparates, nada tiene desperdicio.
Pero es al fondo de la calle, donde esta se ensancha formando una
plaza que preside el ayuntamiento y asomando por encima de este el
campanario de la iglesia, donde nos quedamos completamente
embobados.
Stein am Rhein
Y es que la fuente, las terrazas, las flores, el pequeño mercadillo que
hay en la plaza, que harían que cualquier lugar fuese bonito, son solo
el relleno del espectacular conjunto que forman todos los edificios,
que lucen unas preciosas fachadas decoradas.