

Al llegar a las cataratas sigue lloviendo con ganas. Es pronto y no se
ve a nadie por la zona.
Desde la carretera que da acceso a los parkings del margen derecho
del rio, se puede ver la típica imagen de las postales del lugar. Como
no hay nadie, ni parece que vayamos a molestar, dejamos el coche en
la cuneta y vamos a hacer nuestra postal, que gracias al maravilloso
tiempo que nos acompaña, queda horrorosa.
Cataratas del Rhin
La carretera sigue desierta, el coche no molesta y podemos
recrearnos en la impresionante vista y el rugido del agua.
Observamos abajo y no se ve a nadie, ni el barco que te acerca a la
cascada. Como sigue lloviendo, hace frio, un paseo apetece poco y
mejores vistas no podemos tener, decidimos no pagar las entradas y
seguir con nuestra ruta.
Antes de continuar hacia Stein am Rhein, vamos a ciegas buscando
por el margen izquierdo algún rincón que nos de otras vistas
distintas. No lo encontramos, y seguimos con la ruta.