

Constanza no es ni de lejos la mas espectacular. Pero en ese
momento es nuestro primer contacto de verdad con una arquitectura
diferente. Las primeras casas de entramado, las primeras fachadas
pintadas, la primera puerta de acceso a la ciudad. Además a diferencia
de Reichenau, aquí si hay vida, comercios por todas partes y mucha
gente paseando por las calles. Nos parece una ciudad acogedora y
nos ayuda a despejar los nubarrones que llevamos en la cabeza.
La siguiente visita y última del día es Meersburg, situada justo
enfrente de Constanza, al otro lado de lago.
Dado el desesperante tráfico que hay en Constanza, provocado en
buena parte por la frontera con Suiza, que se encuentra junto a la
ciudad, y para no dar un rodeo de muchos kilómetros, cruzar el lago
en ferry nos parece la mejor opción. El servicio es muy bueno. Hay
salidas cada 15 minutos, el trayecto no llega al cuarto de hora y el
precio es razonable. 14 dos adultos y el coche.
€
Ferry enrte Constanza y Meersburg