Una vez amaino, volvimos a montar el cerramiento y el toldo. Durante el resto de nuestra
estancia, no volvimos a padecer semejante fenómeno atmosférico.
Ya entrada la tarde habíamos quedado por teléfono con la sidrería Trabanco, para visitar
sus instalaciones en la población de Lavandera y poder observar como se fabrica la sidra,
y sobre las 6 de la tarde nos dirigimos a la sidrería, donde junto con un grupo de otras
personas nos enseñaron las instalaciones. Lo primero que nos mostraron fueron las
bodegas donde se almacena la sidra hasta su envasado. Estas se encuentran dentro de
un antiguo túnel de tren que al parecer se quería construir pero que no se llego a terminar
y los propietarios de la sidrería compraron las tierras, ya que tenían la sensación que la
humedad y las temperaturas serian ideales para la fabricación de la sidra, como al
parecer así ha sido. Posteriormente nos llevaron a la planta inferior del restaurante, donde
lo tiene acondicionado para la celebración de banquetes y donde se encuentra la
maquinaria para producir tan preciado liquido. Al final de la explicación nos ofrecen un
espiche, que es el vertido de la sidra desde el tonel, con tapas de queso y embutido de la
zona. La visita al lagar es gratuita si al final haces una consumición de tapas, o bien cenas
en el mismo local como así hicimos. Al volver y dado que era de noche, nos salvo el gps,
ya que hay muchas carreteras pequeñas y es fácil perderse por ellas. Afortunadamente
llegamos al camping sin contratiempos.
Día 7 de agosto
Ahora si parecía que el tiempo empezaba a cambiar, y por fin salía el sol por la mañana.
Un día totalmente despejado y ya de buena mañana, empezaba a picar el sol, por lo
que aprovechamos para hacer la visita a la ciudad de Xixón. Empezamos por el puerto y
siguiendo a un grupo de gaiteros nos adentramos en la zona vieja de la ciudad para
visitar los restos romanos, la casa de Jovellanos, la playa de San Lorenzo, las antiguas
murallas, la estatua de Pelayo, y ya al volver decidimos pasar por la pastelería Collado,
para saborear los deliciosos Pelayos, casadielles, sabayones, etc.
Como ya era mediodía, nos desplazamos a la playa de Oriente para bañarnos, ya que el
día era espléndido, y visto lo que nos había tocado hasta el momento era cuestión de
aprovecharlo. A la hora de comer nos dirigimos a un centro de la cadena Astur, que
ofrecen cocina asturiana a buenos precios, pero era tal la cantidad de gente, que
optamos por comprar la comida e irnos al camping, ya que los niños querían su ración de
piscina.
