Buenaaaaas
Joselu, yo tengo alergia a la parietaria y una vez que me dio realmente fuerte, aparte de inyectarme el Urbason (o algo así) me dieron atarax.
Una vez me quede enganchado del cuello y me dieron unas que me dejaban flotando, aún estabamos de novios y ya le deje el coche, para que no flotaramos los dos (ojo, digo "le deje", porque el coche aún era solo mio, que el de ahora lo coje cuando quiere). A lo que iba, con esas si que me quedaba sopa en cualquier parte, y eso que me tomaba solo una por la noche, antes de irme a dormir...
tlf, luego sigo
La primera vez que me inyectaron
Urbason tenía once años. Me la administró de madrugada en su casa, el médico de cabecera privado que trataba a mi familia,
me salvó la vida (gracias D. Juan Cortés Gallardo). Al menos esto fué lo que le dijeron a mi padre 35 minutos más tarde, cuando llegamos al hospital Carlos Haya de Málaga, -a su hijo lo ha salvado esa inyección a tiempo, ahora hay que esperar que remita la inflamación...-.
En el pueblo dónde vivíamos, no había aún ambulatorio. Fuengirola es hoy, uno de los lugares más frecuentados por los turistas en verano y no se parece en nada al de aquella época. El caso es que llegué a la casa de este señor con un cuadro alérgico que me impedía respirar. Se me había inflamado la tráquea y no quedaba sitio para que el aire pasara, no podía cerrar los ojos porque de lo hinchados que los tenía se salían de su sitio, veía todo deformado, me picaba todo por dentro, oidos, pulmones...
Ni os cuento como puso mi padre el Seat 1430 diesel con la que estaba cayendo por aquellas "curvas del Olimpo" (no se sabía aún por aquí lo que era una autovía). Pero al final llegamos a la ciudad y no necesitamos más. Un rato en observación y para casa de nuevo, esta vez sin miedo a quedarme por el camino.
Una de las frases que mi padre me recuerda con pavor de aquella noche, es la que le hice a mitad de camino... -papá, que es peor morirse o quedarse ciego- parece ser que se descompuso el hombre, porque aún me la recuerda cuando sale el tema...
Desde aquella primera vez y hasta que al fin se dignaron a hacerme las pruebas de la alergia, aún me tuvieron que inyectar Urbason en dos o tres ocasiones más. Ahora llevo vacunado cuatro años y cada mes me tengo que poner una dosis de recordatorio. Tengo alergia a unas diez cosas, pero a la parietaria, las gramíneas y el polen del olivo, son las principales.