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Una última curiosidad. Por motivos de seguridad, durante la II Guerra Mundial, este castillo tuvo como
inquilina una obra maestra traída desde el Louvre: “La Gioconda” de Leonardo Da Vinci. Esta obra
maestra, junto con parte del mobiliario nacional, fue escondida en el Invernadero de naranjos, edificio
que se encuentra en la parte posterior del castillo y que hoy día se usa para congresos y recepciones.
Volvemos a la autocaravana y ponemos rumbo a Chaumont-sur-Loire, un pequeño castillo que nos
pilla de paso de nuestro penúltimo destino del día: Amboise
Chateau de Chaumont-sur-Loire
El trayecto es corto, tras atravesar Blois y coger la N152 llegamos a Chaumont-sur-Loire. Como no
vemos ningún sitio para aparcar, decidimos dejar la autocaravana en una empinada calle en las faldas
del castillo. Abajo os ponemos las coordenadas del lugar pero os advertimos que nos es un parking
como tal.
Una larga rampa empinada, desde la que pueden verse unas preciosas vistas del Loira y de una bonita
iglesia levantada a su lado, nos conduce hasta las mismas puertas del Chateau.
Este incompleto castillo, el cual se alza sobre un promontorio que domina el pueblo, perteneció durante
algún tiempo a Catalina de Médicis. A la muerte de su esposo, Enrique II, obligó a Diana de Poitiers a
recluirse aquí hasta su muerte en 1566. Antes de eso, la hizo que aceptara intercambiar este castillo
por el de Chenonceau, el cual volvió a recuperar después de no pocas artimañas. Su deseo de volver
a tener Chenonceau era claro: su encanto era mayor que el de Chaumont.
Chaumont es una construcción de tres cuerpos en torno a un hermoso patio de armas interior; el
cuarto, orientado al Loira, fue destruido en 1739. Hoy en día, aún se puede admirar su todavía intacto
puente levadizo.
