53
La primera impresión que da el Castillo nada más verlo es de exageración, no en vano es el más
grande de todos los castillos del Loira. Este gigantesco castillo fue construido por Francisco I, un Rey
muy dado al arte y a la opulencia. Todo en él es enorme y nada acogedor, como si se tratase de un
castillo pensado más para impresionar a los amigos que para vivir en él y mucho menos para disfrutar
de tamaña “choza”. Para la construcción de este capricho tan extravagante, Francisco I empleó las
arcas reales y las de numerosas iglesias. El joven Rey tenía 25 años cuando inició las obras en 1519.
Apenas pasó en Chambord 72 días durante sus 32 años de reinado. Nunca vio la obra terminada y a
su muerte tan sólo la torre del homenaje y el ala real habían quedado concluidas.
La leyenda dice que Francisco I, enamorado de la princesa de Thoury que habitaba en la región, quiso
vivir cerca de ella. El resultado fue el castillo más grande del Loira con 445 habitaciones, 365
chimeneas, torres, linternas, tambores y terrazas. Las dimensiones del proyecto fueron tales que hubo
necesidad de que trabajaran 1.800 hombres durante su construcción para satisfacer el ruinoso
capricho real. Su hijo, Enrique II, así como Luís XIV, dieron a Chambord el aspecto que hoy tiene. A
propósito de Luís XIV, se cuenta que fue uno de los pocos que dio uso a este castillo; en él hacía de
sus fiestas reales auténticas bacanales romanas que solían terminar en camas redondas y en orgías
de alta alcurnia. El Rey invitaba a sus amigos a acostarse con él y con su esposa como signo de
caballerosidad y amistad; era el mayor honor que podía tener un amigo del Rey. Curioso el uso que le
daba a Chambord e impensable hacerlo hoy en día… ¿no?
El Castillo está diseñado, según se dice, por Leonardo da Vinci, siguiendo unos rigurosos principios
matemáticos. Obra suya es la gran escalera central del castillo. En realidad es una escalera de caracol
de dos tramos paralelos entre sí, que no se comunican nunca pero que no dejan de observarse
mutuamente. Dos personas pueden subir la una y bajar la otra sin encontrarse jamás.
Escalera helicoidal (Leonardo da Vinci)
