

hoy regenta el Museo, la familia Kolar. El túnel se construyó el asedio que sufrió la ciudad de
1992 hasta 1996, época en la que tuvieron que enterrar personas en los parques porque no
había espacio para enterrarlas. Había hasta 4.000 ataques cada día. Este túnel sirvió para
trasladar heridos, transportar alimentos y armas y todo tipo de materiales, hasta para hacer
contrabando. Era el transito tan intenso, que hubo que poner raíles para vagonetas. Se calcula
que pasaron 20 toneladas de alimentos y casi un millón de personas.