

Londres y el sur de Inglaterra
Página 155
resulta perfectamente visible en la parte alta del pueblo, cerca del Centro Europeo y sobre todo en el
sector que bordea el cementerio actual y el claustro que domina el barranco de Ouche. En este punto,
las murallas sirvieron también de muro de contención para los edificios de la abadía, lo que explica
su enorme muro de pizarra labrada y sus contrafuertes, desconocidos en otros lugares. Solo quedan
algunas torres en el lugar, más o menos intactas, en especial, la que defendía la Puerta de Vinzelle, al
noroeste, y la garita en saledizo del cementerio.
Hornos y fuentes públicas
Por miedo a los incendios, se tomó la precaución de instalar los hornos de pan fuera de las murallas.
Todavía existen dos, reconstruidos en la época moderna, uno delante de la antigua puerta de
Fumouze, al "extremo de la ciudad", y el otro en el foso que rodea la muralla occidental.
Conques tiene también el privilegio de conservar algunas fuentes que
datan de la época romana, todas concebidas con el mismo modelo. El
agua de manantial, captada por una canalización de piedra, se vierte en
un aljibe subterráneo mamposteado y cubierto por una bóveda de
medio punto; el acceso se hace desde la calle a través de un arco de
medio punto. En el siglo XII, la Guía de los Peregrinos de Santiago de
Compostela dio a conocer la fuente del Plô debajo de la plaza de la
iglesia: "Delante de la puerta de la basílica fluye una fuente excelente
donde las virtudes son tan admirables que se deben dar a conocer" Este
aljibe penetra bajo el suelo de la plaza hasta la altura del pórtico de la abadía. La fuente de Fumouze
que acogía los peregrinos al término de su larga etapa, ha guardado los brocales destinados a recibir
los cubos. Y las claves de su arco, en caliza amarilla, muy bien aparejadas parecen ser las
contemporáneas de las de la iglesia románica o del claustro. Por último, la fuente del Barry, se sitúa
también fuera de los muros, en la orilla de la calle Charlemagne que permite desembocar en los
barrios bajos de la ciudad, donde se concentraban en otra época las actividades artesanales
(molinos, curtiduría...).
En este sector, llaman la atención dos monumentos medievales: la
capilla Saint Roch (siglo XV), asentada sobre un contrafuerte rocoso,
que recuerda la existencia en este lugar del castillo primitivo de
Conques, datado en el siglo XI; y en el valle, el puente "romain" (así
designado porque era cruzado por los peregrinos o romius) que
permite atravesar el rio Dourdou.
La vivienda
No quedan casas del período romano y las más antiguas del pueblo
datan solamente de finales de la Edad Media. Pero la adaptación a la
pendiente del terreno y la utilización de los materiales locales otorgan
una gran unidad estilística a la vivienda conquesa, cualquiera que sea la
época de la construcción. Dispuestas en terrazas sobre la ladera, las
casas en general dirigen su fachada principal hacia el sur y poseen dos
entradas, la de la planta baja abierta a la calle inferior, la del piso de
arriba abierta a un jardín o a la calle superior.
Según un dicho local "A Conques, entramos por el granero para salir por la bodega" Esta última se
presenta por todas partes en este antiguo país de viticultores, a veces
yuxtapuesto a un buril. Cada emplazamiento ha tenido que ser excavado
en la roca y para prevenir los desprendimientos, un arco de descarga se
apoya a menudo contra la pared del fondo...
La pizarra (el esquisto) reina por todos los lugares. Extraído localmente
y fácil a suministrar, abastece no solo la piedra de construcción sino
también las lajas de los tejados y el pavimento de las calles.