

A diferencia de Gengenbach donde la sensación es de perfecto orden,
de un urbanismo bien pensado y diseñado, aquí el aspecto es de que
las cosas son como siempre habían sido, menos estudiado, mas
auténtico. Y el resultado es igual de bonito.
Estamos muy a gusto aquí y nos cuesta irnos, pero hay que seguir,
se nos echa la tarde encima.
Siguiente destino Gutach.
Es tarde y empezamos a ponernos nerviosos, no nos dará tiempo a
todo.
Cruzamos el pueblo con el coche y a simple vista no parece que vaya
a superar el encanto de Silstach, con lo que lo dejamos y nos
dirigimos a emborracharnos de relojes de Cuco.
Y es que aquí, como reclamo de las tiendas típicas de Cucos, han
construido los relojes de cuco mas grandes del mundo.
Gutach