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Iniciamos la visita en la rue du L’horloge, donde está la esbelta torre del reloj, de 30m. de altura. De
aquí a la rue du L’apport y a la Place des Merciers, damos un agradable y lento paseo recreándonos
en las casas de entramado de madera con los balcones llenos de flores y de banderas. La rue du
L’poissonnerie nos lleva a la rue du Jerzual, una de las más famosas de Dinan, una calle adoquinada y
en cuesta bordeada de casas con entramado de madera. Algunas recuerdan a las popas de los
galeones piratas. La mayoría alberga en su interior tiendas, exposiciones o talleres de artistas. Esta
calle nos lleva hasta la Porte du Jerzual, una de las cuatro puertas monumentales de entrada a la
fortificada ciudad. Desde aquí seguimos bajando por la rue de Petit Fort hasta desembocar en el
puerto, un lugar pintoresco repleto de casas de madera y piedra y de barcos amarrados en la orilla del
río Rance. Sobre este río, cruza un vertiginoso viaducto desde el que, seguramente, hay unas
maravillosas vistas. Decimos seguramente porque dada la precariedad de nuestras fuerzas a estas
alturas de día, y después de oír a más de un español que bajaba de allí maldecir la ingente cantidad de
escaleras del susodicho puente, decidimos no subir.
Volvemos sobre nuestros pasos y de nuevo llegamos a la Porte du Jerzual, punto en el cual decidimos
subir hasta el paseo de ronda para iniciar una corta visita por la muralla. Desde aquí se pueden ver
algunas de las 14 torres de defensa, el gran torreón que forma parte del castillo, las cuatro puertas
monumentales y la curiosa rue du Jerzual desde una perspectiva distinta a como la habíamos visto
anteriormente.
Rue du Jerzual
