Desayunamos en Campanile desde donde se contempla la Cruz de 33 metros que está en la
colina
Hum
y
se
puso
allí
tras
la
paz
de
Dayton.
Hay un proyecto de dividir a Bosnia en tres estados federados: croata, serbio y bosnio.
Nos vamos hacia la ciudad vieja, el Stari Grad, dejamos la parte de la ciudad donde estuvieron
los croatas. Campanile es ahora la iglesia católica, muy moderna: un estilo que no me gusta
nada porque parece una inmensa y alta fábrica. Es una catedral súper moderna que no pega
nada con el entorno en pleno centro. Por este sitio suele haber muchos símbolos religiosos
cristianos, más cuando se cruza el puente y se llega al Este, al barrio turco o barrio Kunjunziluk
que es donde se encuentran los símbolos musulmanes -sobre todo donde están ubicadas las
mezquitas-. Las casas turcas, la mayoría restauradas tras la guerra, donde se encuentran
bazares, tiendas de suvenir, calles empedradas que te conducen al mercado de Tepa, un
mercadillo, con insistentes vendedores de algo recogido en el campo.
Los turcos, en 1468, tomaron la ciudad que hoy es Mostar, y comenzaron a construir
mezquitas, algunas de ellas fueron construidas por arquitectos discípulos de Sinan, el
arquitecto de la Sulemainiye de Estambul. La más visitada es la Koski Mehmet Pasha, que
tiene un pequeño cementerio como casi todas las mezquitas de esta zona. Los cementerios
son conocidos por el nombre “de los Puntos Blancos”.
Se puede subir por unas empinadas y estrechas escaleras para ver una hermoso paisaje -
subir cuesta un euro y medio, y entrar a la mezquita 2 euros-. Es la primera vez que veo cobrar
por entrar y han puesto una reja porque allí se hacían unas preciosas fotos del puente.