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Nancy
Nancy es una ciudad
capital del departamento de
en la región
de
al noreste de Francia. Situada en el curso bajo el
cerca de su confluencia
con el
es un puerto fluvial de los canales Marne-Rin y París-Nancy.
La ciudad forma parte de la
que cuenta con veinte
municipalidades.
Fue capital del ducado de
En los siglos XVI al XVIII se construyó la mayor parte de lo que
hoy es el centro de la ciudad. En el corazón de Nancy se encuentra la
antigua
plaza real, del siglo XVIII, de estilo neoclásico, que debe su nombre actual al hombre que encargó
su construcción,
benefactor de la ciudad, el rey destronado de Polonia y
último duque de Lorena que gobernó a mediados del siglo XVII gracias a su yerno
HISTORIA DE LA CIUDAD
- 800
En el camino que se abrió hacia el norte, el río Meurthe desgajó la orografía que
constituye el incomparable marco de Nancy. En alguno de estos oteros, el Cerro de Santa
Genoveva contiene restos de un primer asentamiento humano con huellas de extracción
de la
minette
, mineral de hierro pobre pero fácilmente accesible para los hombres de la
Edad de Hierro.
Del período galo-romano no queda ningún vestigio en la propia Nancy, en cambio el
período de las invasiones dejó en el paraje un importante cementerio alamán.
hacia
1050
Un vado que atraviesa el río Meurthe —usado por hombres y bestias—, la proximidad del
bosque con abundante caza de Haye, el paso más viable de la vía norte-sur y el eje de
circulación este-oeste sin duda convencieron al duque Gérard para construir una pequeña
plaza fuerte de nombre
Nanciacum
. Las fundaciones religiosas, como la de Notre-Dame
de Molesme, una administración ducal estructurada, una corte incipiente y por supuesto
un mercado, garantizaron rápidamente el desarrollo de la villa, que no dejó de
crecer
extramuros
. Paralelamente, se multiplicaron los establecimientos religiosos: en el
exterior, el monasterio de San Juan de Jerusalén y la abadía cisterciense de Clairlieu; en
su seno, la Iglesia de Saint-Epvre. La torpeza del duque Thiébaut se granjeó las iras de
su señor feudal, el emperador Federico II, quien asedió e incendió la villa.
Desde el siglo XII al XV, Nancy, renacida de sus cenizas, dotada de fortificaciones ricas
en edificios de sillares, no dejó de prosperar y crecer hasta convertirse en cabeza del
bailío y capital del ducado.