Viajes por Europa (III parte). Castillos del Loira (II parte), Valle del Mosela, Selva Negra y Austria.
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Y qué contaros, que no os haya contado ya en otro relato, de los Castillos del Loira. Es uno de los
lugares más sorprendentes que probablemente visitaré jamás. No hubo día que no experimentara
sensaciones nuevas, que no descubriera aspectos desconocidos, sensaciones por disfrutar. Es
una parte de Francia que todavía se conserva como uno de los lugares más fascinantes del
planeta, sin ningún tipo de analogía. Entrar a sus castillos es volver a otra época con unas
tradiciones ancestrales y unas genuinas formas de vida. La majestuosidad de sus fortificaciones
no es equiparable a nada de lo visto hasta ahora. Si hace dos años vimos nueve de los más
famosos y conocidos Castillos del Loira, este año han sido seis no menos bellos y no menos
famosos o conocidos. Desde el señorial y grandioso Valençay, hasta el coqueto Langeais,
pasando por el cuidado Montrésor o el histórico y archiconocido por el cuento de la Bella
Durmiente de Rigny-Ussé.
Pero lo cierto es que este viaje ha concluido, nos guste o no. Y como todo, ha llegado a un final
más o menos previsto, más o menos supuesto, más o menos esperado. Aunque yo diría más bien
que insospechado por lo bello de lo vivido y no esperado. Los imborrables recuerdos de todos los
instantes vividos no son sino una colección de perlas que ya hemos ensartado en nuestra
memoria hasta que la senilidad o el Alzheimer venga a visitarnos.
Este es, en resumen, nuestro viaje más reciente. Una ruta realizada en dieciséis intensos días.
Acompañadnos y viajad con nosotros por los recovecos de los maravillosos lugares que hemos
visitado. No os arrepentiréis. Ah, y no os olvidéis la Biodramina en casa, para subir al Nido del
Águila os va a hacer falta. Que tengáis buen viaje.
José Antonio Guerrero