El peaje hasta Florencia han sido 14 euros, nuestra salida es
Florencia-Certese, y nos lleva hasta el Camping Internacional de
Fiorence sin problemas, el camping tiene su acceso habitual cortado,
precisamente por esas obras, lo cual hace mas que habitual el paso
habilitado, no obstante no tiene problemas el acceder.
Este camping esta situado en una colina, y justo en la parte alta
es donde están las plazas de acampada, no esta delimitado el terreno,
así que nos colocamos para poder desayunar con la Toscana como
fondo, tan solo tenemos como vecinos a una CV inglesa y 5 o 6 AC,
tanto alemanas como italianas, algo mas alejadas de nosotros. Muy
cerca hay una torre de alta tensión, que desde luego distorsiona la
postal.
Tras comer ponemos rumbo a Florencia, nos informamos que hay
un bus publico que nos acerca al centro de la ciudad, pero tras saber
que esta a algo mas de un kilómetro del camping y además su horario
es muy poco predecible, optamos por irnos con el coche, que para eso
lo llevamos.
Accedemos a Florencia desde la Via Michelangiolo, lo que nos
permite conocer el camping Michelangelo, esta muy cerca del centro
de Florencia, aunque con un acceso complicado para las CV, con una
importante rampa de entrada, cuesta abajo, y desde una carretera
con muchísimo trafico, también debo decir que desde el camping se
puede ir al Centro, pero debe haber unos 2 kilómetros, es cuestión de
valorar las cosas, una vez visto sobre el terreno, yo optaría por este
ultimo camping, a pesar de su acceso, pero conscientes de que el
regreso desde la ciudad es en cuesta arriba.
Ya desde ese punto, la imagen de la cúpula de la catedral de
Santa Maria dei Fiore, es impresionante, decidimos llevar el coche al
parking de la Estación, que esta en el centro de la ciudad.
Directamente nos dirigimos a la Academia, donde esta el famoso
David de Miguel Ángel, hay poca gente esperando para entrar, así que
no lo dudamos y hacemos cola para verla.
La entrada son 10 euros de adultos, 5 para estudiantes mayores
de 18 años y gratis apara los menores de edad.
Cuando entras en la sala donde está expuesto, no puedes mirar a
otro lado, sus cinco metros y algo de altura, mas la cúpula, te deja sin
posibilidades de ver lo que hay alrededor.
La perfección de esta imagen es increíble, músculos, tendones,
venas, pliegues de la piel, las uñas, los dedos, el pelo, las rodillas, todo
absolutamente todo, te deja boquiabierto ante la perfección del
mármol blanco, en la que este maestro lo hizo, lo que no tiene
explicación es que estuviese tantos años a la intemperie.