

Y de repente nos topamos con la iglesia de la Asunción. A punto estuvo un terremoto
de rasgar su torre en dos como si hubiera sido el velo del Templo de Jerusalén. Nada más
contemplarla te das cuenta de su primer origen como torre fortaleza. Solamente una de sus
ventanas superiores remata en arco de medio punto. Las demás, bien parecieran grandes
almenas. Y sobre el tejado, el nido de las cigüeñas, que no pueden faltar en ninguna torre
de iglesia. El altavoz de bocina que asoma por una de las ventanas superiores, denota como
poco a poco, las nuevas tecnologías sustituyen los viejos usos. Hoy día, las campanas y sus
distintos toques, se manejan con botones y tañidos prefabricados.
Torre de la Iglesia de la Asunción de Cuacos de Yuste
Los muros exteriores de la iglesia son de mampostería, para el que se han utilizado
pequeñas piedras. Como argamasa, cal, arena y barro. Sólo las esquinas y los contrafuertes
se han construido usando bloques de sillería.
Panorámica de la Iglesia de la Asunción
A partir del siglo XIII, en el que parece ser fue construida la torre, la iglesia de la
Asunción sufrió sucesivas remodelaciones. Una de las que se aprecia claramente en el
exterior es la que se realizó en su pórtico de entrada. En el siglo XVII se añadió un nuevo
pórtico de estilo neoclásico, construido en su totalidad con piedra de sillería. Fue esta una
manera de proteger del sol y de las inclemencias del tiempo el antiguo pórtico de entrada.
Nada más cruzar el portón de la iglesia, llama la atención una pequeña joya: su órgano
de estilo barroco. Parece ser que este órgano fue fabricado en Amberes, y originalmente se
hallaba en el Monasterio de Yuste desde donde fue traído a la Iglesia de la Asunción.