Ha dejado de llover y cogemos la carretera E6 camino de NordKapp. Es
estrecha, con un carril para cada sentido –como todas las carreteras noruegas- y no tiene
arcenes pero el paisaje merece la pena. Paramos en un área junto al fiordo Porsangen.
Este fiordo es grande y muy ancho y en este momento lo cubre una fina neblina que le
da un aspecto evocador. El agua está en calma y su color es grisáceo. A pie del fiordo,
junto al área, hay montadas dos tiendas samis que dan al momento un toque muy
auténtico.