

De la “
ferrovía
” a Rialto, y de allí a SanMarcos. Un helado por el camino (mediocre, Venecia es también
una trampa para turistas) y, finalmente, la Piazza San Marco, la basílica, el Campanile… Mi hija alucina
con la fachada de mármol blanco y los mosaicos dorados. Y yo también alucino un poco: ¡por fin puedo
contemplar San Marcos en todo su esplendor, con toda su fachada a la vista, sin andamios! ¿Cuántos
años habrá durado la limpieza? Pues no lo sé, sólo sé que en mis tres anteriores visitas, distribuidas a
lo largo de varios años, siempre había alguna parte de la fachada totalmente oculta por los andamios.
Si junto las fotos de viajes anteriores y las combino, se puede contemplar la fachada entera, porque
cada vez me encontraba tapada una zona, pero ahora, por fin, se puede contemplar en su totalidad.
¡Corred, insensatos, visitad Venecia ahora antes de que dé comienzo un nuevo ciclo de limpieza!
Es tarde para visitar el interior: lo haremos mañana. Por lo menos, sigue siendo gratis. Debe ser la
única iglesia de Venecia que puede visitarse gratis, lo cual no deja de ser curioso, siendo la más
turística e interesante.
Ya vamos estando algo cansados, ha sido una buena caminata, y hay que ir pensando en cenar.
Decidimos terminar nuestra visita preliminar a San Marco pasando entre las columnas para tener unas
vistas de la laguna, y hacernos la inevitable foto con el Puente de los Suspiros, y nos marchamos en
busca de algún sitio informal en el que cenar.