

mandando parar a los que vienen por el otro carril. Obedientes, paran y yo salgo. Mari Jose sube al
coche y nos vamos. Nadie ha protestado: creo que lo hemos hecho muy a la italiana.
Bueno, finalmente llegamos al camping, tras recorrer unos 500 metros por una calle estrecha y llena
de basuras (es lo que más nos choca de esta estancia en Roma, la cantidad de basura que hay por
todas partes, parece España con huelga de basureros) en la que afortunadamente no nos cruzamos
con nadie, porque habría sido complicado. Nos instalamos, y tenemos el primer encontronazo con la
picaresca italiana: teóricamente cogen ACSI, pero cuando lo digo, todo son pegas. Al final, tiene fácil
“solución”: resulta que como somos 4 y ACSI sólo cubre 2, mira por dónde el precio que sale con
ACSI+2 es el mismo que para 4 sin ACSI. No hay forma de demostrarlo, su web no indicaba tarifas
desglosadas, y tampoco me apetece montar un pollo por unos pocos euros y sin tener pruebas
fehacientes. Ya le pondré a parir en los comentarios de Google…
Está anocheciendo y con instalarnos y cenar ya tenemos bastante. Mañana empezarán de verdad
nuestras “Vacaciones en Roma”.
Bucólica y amplia carretera de acceso al camping Seven Hills. Se ve que el problema de la basura en Roma
no fue algo puntual en nuestra visita, hasta sale en Google Maps.