Día 5 (Viernes28 julio) Buckinham Palace, Westminster.
Despertamos a las 8. Nuestro objetivo del día es
Buckinham Palace
. Llegamos
una hora antes del cambio de guardia que hoy es a las once y media. Damos una
vuelta por los alrededores que ya Trafalgar Square empiezan a llenarse de gente.
Hay colas para entrar a palacio, pero … no creemos que merezca la pena
“cotizar” para hacer un poco más rica a la reina, así que nos conformamos con
merodear por los alrededores de la verja. En la entrada principal, un conserje y dos
policías, uno con metralleta en mano, vigilan la barrera.
Poco a poco va llegando la gente. Un escuadrón de lo que parecen lanceros
pasa por un lateral organizándose el revuelo correspondiente entre el personal que
corre cámara en mano.
Antes de la hora prevista comienza el espectáculo. A lo lejos (por la ancha
avenida,
The Mall
) se oye una fanfarria y
van apareciendo los guardias con su típica
casaca roja. El tráfico ha sido cortado
previamente. Un grupo de escolares
¿japoneses? se agolpan al borde de la
acera con cámara en ristre.
La guardia pasa desfilando y se
cuelan por la verja de palacio. El tráfico se
restablece aunque sólo por unos momentos
porque al poco rato Buckinham Palace
vuelven a salir desfilando hacia su cuartel
en un lateral de
The Mall.
Aún es temprano y nos encaminamos hacia la abadía de
Westminster
. No está
muy cerca pero se puede ir andando.
Emprendemos la marcha por
The Mall
, la avenida que lleva a
Trafalgar
Square
pero torcemos a la derecha para atravesar
St. James Park
.
En
Westminster
hay cola para entrar, aunque va rápida. Compramos un
Family
Ticket
más favorable y que cuesta 22 libras por persona. La abadía merece la pena.
Realizada en diversos estilos, prevaleciendo el gótico, tiene la nave central más alta
de toda Inglaterra. Es el lugar de enterramiento de muchos monarcas británicos y de
algún personaje conocido como Newton o Darwin. Es famoso el conocido como
rincón de los poetas en el que reposan Dickens o Kipling.