Hoy toca comer en algún lugar del centro, pero en
Trafalgar Square
no
encontramos nada. Y lo poco que hay está lleno de turistas.
Nos metemos en una cafetería que hay en un subterráneo a la entrada de
la
National Gallery
a tomar un sandwich bastante inmundo por cierto, porque se hace
muy tarde y no encontramos otra cosa.
Día 6. (Sábado 29) San Pablo. Torre de Londres. Puente Támesis
Hoy decidimos probar el metro. Nos dirigimos como siempre a
Brixton
en el
número 3. Allí cogemos una línea que nos lleva a los alrededores de San Pablo.
Saint Paul
, la catedral, está en obras. Y un enorme lienzo cubre uno de sus
laterales. En la entrada hay que pagar y dudamos.
Hay españoles y oímos a alguno que sale que no vale la pena lo de dentro. La
verdad es que es muy nueva y no parece que vayamos a encontrar nada interesante en
el interior así que decidimos no entrar y verla desde fuera.
Se ve imponente. Es una de las tres más grandes del mundo con San Pedro y la
de Sevilla. Damos una vuelta alrededor para hacer unas fotos y bajamos por una calle
lateral hasta el río.
Paseando encontramos una parada de bus que nos lleva directamente a la Torre
de Londres. Debe ser la única línea auténtica. Un autobús antiguo de dos pisos, de
esos en los que se entra por una esquina trasera.
Subimos y en unos minutos estamos frente a la Torre, que en realidad no es
sólo una torre sino una fortaleza en la que se guardan las joyas de la corona.
Hay grandes colas para entrar y un pequeño complejo, lleno de tiendas de
recuerdos: cuervos de peluche incluidos,…..
Es una de las atracciones más caras de todo Londres. Nosotros no entramos.
Algún amigo que lo hizo nos lo desaconsejó ya que no hay mucho que ver
exceptuando las fotos al lado de los guardias, que por cierto no asoman a la puerta no
les vayas a hacer una foto “gratis” o las joyas de la corona.
El puente sobre el Támesis está justo al lado. Nos acercamos caminando y
compramos la entrada. Pasamos un control exhaustivo con detectores de metales y
todo eso y tras una foto recuerdo que nos hacen subimos en el ascensor.
Para nuestra sorpresa no hay ninguna terraza exterior, sino una galería de
ventanales que atraviesa el río entre las dos torres. En la primera torre vemos un
vídeo con la explicación de turno, sobre la construcción y proyectos que se hicieron
del puente. Después atravesamos la galería enmoquetada, en la que hay una especie