

Londres y el sur de Inglaterra
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iglesia y puente de San Antón.
Iglesia y puente de San Antón
Iglesia que fue fortaleza, nacida para proteger y
defender el puente: salida y entrada de Bilbao. La
iglesia de San Antón no tiene ábside, ni falta que le
hace. Sus muros sujetan la Ría, y el Giraldillo, vigila que
no se salga de su camino. Pequeña e inmensa, pues
tan grande es para Bilbao que merece estar en su
escudo, junto al puente del que nunca se separa,
aunque éste cambie de sitio: antes delante y hoy
detrás.
Nada queda del hospital de los Santos Juanes, hospital de peregrinos; ni siquiera la iglesia que estaba
a su lado y que con el tiempo trasladaron. Hoy una plaza ocupa su lugar: la plaza de los Santos
Juanes, frente al antiguo Hospital Civil de Atxuri.
Bilbao la Vieja y San Francisco
Cruzamos por el puente de San Antón para entrar en Bilbao la Vieja que recuerda a Santiago
Matamoros en una hornacina. La calle Bilbao la Vieja nos conduce a la Plaza del Sagrado Corazón de
María donde aún podemos ver las ruinas del claustro del Convento de San Francisco que todavía
permanece en el recuerdo dando nombre al barrio. Por la calle San Francisco, entre edificios de
magníficos miradores y ornamentadas fachadas, cruzamos el Puente de Cantalojas para
encontrarnos poco después con la Plaza Zabalburu y el nuevo Bilbao crecido al otro lado de la Ría.
Ensanche
Este otro Bilbao nos acompaña por la calle Autonomía. Vemos alguna plaza de nombre evocador en
Bilbao, Plaza de la Casilla, pero nuestro camino continúa atravesando Sabino Arana para llegar a la
Plaza Aita Donostia, donde nace la Carretera de Basurto-Kastrexana que nos conducirá a través del
barrio de Altamira al Albergue de Bilbao, que se alza sobre la Ría y la Ribera, despidiéndose de la villa
antes de dejarla atrás.
La bas í l i ca de Begoña y l as c i nc o par r oqu i as
Antes de que Bilbao fuera villa ya existía una iglesia bajo la advocación de Santiago, nacida a la vera
del Camino, donde acoger y prestar ayuda a esos peregrinos que se dirigían al Occidente. Pero más
arriba, en el encinar de Artagan, una Andra Mari guardaba no sólo el germen de la villa, sino toda
Bizkaia.
La Basílica de Begoña
La Amatxu, término cariñoso con el que en Bizkaia es conocida su patrona, la Virgen de Begoña, nos
recibe en su basílica construida cuando ya el gótico dejaba espacio a nuevas modas. Los mercaderes
dejaron el sello en sus columnas y los avatares históricos en sus muros. Ella mira desde su cátedra,
una talla gótica: madre y reina, trono de sabiduría. Antigua parroquia de la República de Begoña,
durante siglos espacio para los jalecos de los mahatsorris, sepulturas tradicionales de los begoñeses,
de los que hoy tan solo vemos el de los jauntxos, de los Lezama-
Leguizamón, a los pies de la Amatxu.
Saliendo bajo el arco monumental que da cobijo al acceso, nos envuelve el
recuerdo del Encinar de Artagan y de tantas romerías celebradas a su
sombra. Bajamos entre edificios neo vascos y jardines hasta el viejo
cementerio de la anteiglesia para continuar hasta el Cementerio de
Mallona.
Cementerio de Mallona
Dos arcos marcando los accesos es todo lo que queda del primer
cementerio que tuvo Bilbao, el de Mallona. La primera entrada que