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Londres y el sur de Inglaterra

Página 174

iglesia y puente de San Antón.

Iglesia y puente de San Antón

Iglesia que fue fortaleza, nacida para proteger y

defender el puente: salida y entrada de Bilbao. La

iglesia de San Antón no tiene ábside, ni falta que le

hace. Sus muros sujetan la Ría, y el Giraldillo, vigila que

no se salga de su camino. Pequeña e inmensa, pues

tan grande es para Bilbao que merece estar en su

escudo, junto al puente del que nunca se separa,

aunque éste cambie de sitio: antes delante y hoy

detrás.

Nada queda del hospital de los Santos Juanes, hospital de peregrinos; ni siquiera la iglesia que estaba

a su lado y que con el tiempo trasladaron. Hoy una plaza ocupa su lugar: la plaza de los Santos

Juanes, frente al antiguo Hospital Civil de Atxuri.

Bilbao la Vieja y San Francisco

Cruzamos por el puente de San Antón para entrar en Bilbao la Vieja que recuerda a Santiago

Matamoros en una hornacina. La calle Bilbao la Vieja nos conduce a la Plaza del Sagrado Corazón de

María donde aún podemos ver las ruinas del claustro del Convento de San Francisco que todavía

permanece en el recuerdo dando nombre al barrio. Por la calle San Francisco, entre edificios de

magníficos miradores y ornamentadas fachadas, cruzamos el Puente de Cantalojas para

encontrarnos poco después con la Plaza Zabalburu y el nuevo Bilbao crecido al otro lado de la Ría.

Ensanche

Este otro Bilbao nos acompaña por la calle Autonomía. Vemos alguna plaza de nombre evocador en

Bilbao, Plaza de la Casilla, pero nuestro camino continúa atravesando Sabino Arana para llegar a la

Plaza Aita Donostia, donde nace la Carretera de Basurto-Kastrexana que nos conducirá a través del

barrio de Altamira al Albergue de Bilbao, que se alza sobre la Ría y la Ribera, despidiéndose de la villa

antes de dejarla atrás.

La bas í l i ca de Begoña y l as c i nc o par r oqu i as

Antes de que Bilbao fuera villa ya existía una iglesia bajo la advocación de Santiago, nacida a la vera

del Camino, donde acoger y prestar ayuda a esos peregrinos que se dirigían al Occidente. Pero más

arriba, en el encinar de Artagan, una Andra Mari guardaba no sólo el germen de la villa, sino toda

Bizkaia.

La Basílica de Begoña

La Amatxu, término cariñoso con el que en Bizkaia es conocida su patrona, la Virgen de Begoña, nos

recibe en su basílica construida cuando ya el gótico dejaba espacio a nuevas modas. Los mercaderes

dejaron el sello en sus columnas y los avatares históricos en sus muros. Ella mira desde su cátedra,

una talla gótica: madre y reina, trono de sabiduría. Antigua parroquia de la República de Begoña,

durante siglos espacio para los jalecos de los mahatsorris, sepulturas tradicionales de los begoñeses,

de los que hoy tan solo vemos el de los jauntxos, de los Lezama-

Leguizamón, a los pies de la Amatxu.

Saliendo bajo el arco monumental que da cobijo al acceso, nos envuelve el

recuerdo del Encinar de Artagan y de tantas romerías celebradas a su

sombra. Bajamos entre edificios neo vascos y jardines hasta el viejo

cementerio de la anteiglesia para continuar hasta el Cementerio de

Mallona.

Cementerio de Mallona

Dos arcos marcando los accesos es todo lo que queda del primer

cementerio que tuvo Bilbao, el de Mallona. La primera entrada que