

Londres y el sur de Inglaterra
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rectángulo, orientado longitudinalmente E-O. Se inicia su construcción por el frente más vulnerable, el
Este, por donde se carece de defensa natural, conllevando que este lienzo sea el más robusto y
grandioso. Con muros de 3 m de espesor y 12 m de altura, cada 20 m se dispone una torre facheada
en semicírculo que sobresale 8 m, disponiendo este lienzo de las puertas mayores y más sólidas de
todo el trazado.
En el lienzo septentrional y el poniente las puertas pierden en majestuosidad, observándose en sus
torres las huellas de los obreros mudéjares (empleo del ladrillo). El lienzo meridional da sensación de
agotamiento, decreciendo el tamaño de la mampostería y con torres semicilíndricas, de menor
volumen y más espaciadas; en conjunto ofrece menor robustez y resistencia.
Destacable es observar en el lienzo Este la gran cantidad de materiales de cronología romana
reutilizados (estelas, aras, cápsulas de cenizas, cupae, cornisas, verracos, columnas,...) y que
procederían del desmantelamiento de una necrópolis alto imperial que se extendería por las
inmediaciones.
En el S.XVI siguió cumpliendo funciones de seguridad sanitaria y control económico, llevándose a
cabo reformas encaminadas a su reparación, pero, desaparecido el peligro de enfrentamiento bélico,
se decide desmontar algunas defensas complementarias (barbacanas, fosos,...), que, en realidad, se
mostraban ineficaces ante la maquinaria militar de la época.
Las reparaciones y restauraciones realizadas con anterioridad a la declaración de Monumento
Nacional (24 de marzo de 1884), se caracterizaron por su carácter puntual. Dos acontecimientos
provocarán la continuidad de su función defensiva: la ocupación francesa (1809-1812) y las guerras
carlistas (1836-1840).