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A la derecha está situado el
Monumento Conmemorativo
donde una enorme estatua de bronce
recuerda “El Espíritu de la Juventud Americana surgiendo de las olas”. Detrás de esta estatua se
encuentra
El Jardín de los Desaparecidos,
donde los 1.557 soldados desaparecidos durante el
combate quedan identificados con sus nombres y sus datos grabados en una pared semicircular de
piedra. Están marcados con un asterisco los que, con posterioridad a la construcción de este
monumento, han sido identificados o se han recuperado sus restos.
Al final del paseo central, flanqueado a ambos lados por miles de tumbas, se encuentra
La Capilla.
Nada más entrar en ella llama la atención su altar de mármol y el precioso mosaico del techo el cual
simboliza a América bendiciendo a sus hijos que van a luchar por la libertad, y a Francia agradecida
ofreciendo una corona de laurel a los americanos que dieron su vida por liberar Europa.
Y al frente, el mar y la playa de Omaha. Un mirador construido en un sitio privilegiado del cementerio
nos ofrece las mejores vistas panorámicas de toda la playa. Además cuenta con una mesa-plano en la
que podemos ver todas las operaciones del desembarco. Desde este punto podemos contemplar el
cementerio con sus tumbas, el mar y la playa; todo junto hace una perfecta combinación de paz,
serenidad y silencio, sólo roto por el continuo rumor de las olas que rompen en la playa.
