

Seguimos devorando kilómetros pasando cerca de Burgos, dirección
Valladolid. Desvío a Palencia y ponemos rumbo a Benavente por carretera (no
va casi nadie por aquí) después de repostar y alucinar con lo barato que
encontramos el combustible (menos de 1 € después de 15 días)
Llegando a la Gudiña, ya en tierras gallegas, y con una lluvia bastante molesta,
empiezo a notar el agotamiento de tantos kilómetros, es decir, ya no se si voy
por la carretera, volando, en barco o montado en burro, entonces se me
enciende la lucecita: llamar al parador de Verín a ver si tienen habitación libre.
Contestación afirmativa y para allá que nos vamos.
23:30 Llegamos al parador y ¡que lujo!. El recepcionista flipa un poco
cuando intenta recoger nuestras maletas, apretujadas entre la maraña de
utensilios campistas. Tras los trámites de rigor y alucinando un poco, nos
metemos en la cama, tan grande como una cancha de baloncesto, y soñamos
con los angelitos...
DIA 16: Domingo 1 de Octubre
10:00 Nos levantamos tras un estupendo sueño reparador, nos hacemos
unos largos en la gigantesca bañera, nos ponemos la ropa de los Domingos y
bajamos a desayunar. Para el que nunca haya vivido la experiencia del
desayuno en Paradores, es algo muy difícil de explicar: hay de todo, todo
excelente y en una cantidad tal, que sería la pesadilla de una bulímica o el
paraíso de un hambriento, en resumen: es pa verlo.
12:00 Hinchados como vacas salimos del parador y ponemos rumbo a
casita, donde llegamos a la hora de comer, para poder empezar a dar la paliza
(la primera, mi madre) contando nuestras aventuras a todo el que se pusiera
delante........................................