

DIA 2: Domingo 17
8:45 Duchadidos y bien dormidos, bajamos a desayunar, y aprovechando
que es de buffet, nos ponemos morados (no pongo la relación de lo engullido
por falta de espacio)
9:45 Maletas a bordo y una vueltecita en coche por Burdeos. Nos parece
muy bonito y queda apuntado para una visita con más calma.
10:30 Tras comprobar la reconocida habilidad de Pati con los mapas de
carreteras, ya estamos en ruta. Hacemos una parada justo después de recoger
el ticket en la entrada de la autopista para comprobar la presión de los
neumáticos junto a un simpático monigote de Michelín. Ponemos rumbo hacia
Clemont Ferrand.
12:15 Parada técnica (pises, estiramientos, etc.) Tras esto,¡oh,
sorpresa!: obras en la autopista y nos desvían por un itinerario que ellos
llaman “bis” y, gracias a esto, conocemos un pueblo con un nombre muy
simpático: Pompidour (como madame). Tiene un bonito “chateau” y mucho
ambiente pues se está celebrando lo que creemos es una importante
competición hípica en la pista más grande que he visto en mi vida. Después de
esta bonita curiosidad y tras unos infernales kilómetros por las carreteras
secundarias francesas, regresamos a la autopista.
15:00 Parada a comer en un “aire” de la autopista. Sueñecito reparador
y a la faena. Después de unos cuantos kilómetros empieza a llover y, al caer la
noche, paramos en una ciudad llamada Mulhouse a buscar un hotelito
económico. Sólo encontramos un Ibis más o menos barato tras un par de
vueltas de búsqueda.
DIA 3: Lunes 18.
10:10 Montados en el coche, y todavía lloviendo, decidimos buscar la
gasolinera de un supermercado (en Francia el gasoil sale así mucho más
barato) y aprovechar el parking cubierto del Carrefour para hacer una especie
de desayuno campestre bajo techo. Una vez rematada la experiencia culinaria
y tras saludar a todo el que pasaba y nos miraba sorprendido, ponemos rumbo
hacia Estrasburgo sin mayores problemas. Decidimos ir por la carretera para
así poder ver algunos pueblecitos de Alsacia, casi todos acabados en –heim,
muy cuidados y bonitos. ¡A estos franceses mucho les gustan las flores...!
14:00 Llegada al camping Montagne Verte de Estrasburgo, tras los
habituales líos para dar con él (menos mal que había alguna indicación).
Montamos el campamento y hacemos la primera comida de campaña. Por la
tarde bajamos a la ciudad y encontramos aparcamiento justo al lado de la
catedral.
Estrasburgo es una ciudad que nos pareció impresionante, con su zona antigua
de casas de entramado, sus canales y la torre de la catedral a la que, por
supuesto, subimos (66 mts.). Otra cosa fue salir de ella, pues al llegar abajo la
puerta estaba cerrada y estuvimos esperando a que vinieran a abrir casi media
hora, todos apretujados en la estrecha escalera.
Para recuperarnos de la claustrofóbica experiencia, y luego de un largo
paseo callejeando, nos montamos en un barquito al anochecer y hacemos un
bonito crucero por los canales, con la explicación de lo que íbamos viendo en
español (un poco macarrónico, pero español).