Tras comprar el billete a Helsinki en el puerto, comenzamos el paseo
hacia Toompea atravesando la majestuosa Puerta de la Torre, de tejado rojo,
que data de 1380 y se encuentra en el extremo oeste de Pikk tanav, en la parte
baja de la ciudad, recorriendo luego Pikk jalg (pierna larga) para ver sus
torres monumentales Riigikogu, Toomkirik y la Catedral Nevsky. Disfrutamos
en esa zona de las vistas del mirador. También merece la pena aproximarse a
Toompea por la serpenteante calle Lühike Jalg (pierna corta). En lo alto de
ésta, vemos el Parlamento de Estonia (Riigikogu), del siglo XVIII y estilo
barroco, que linda con el Castillo de Toompea. Nada queda ya del originario
castillo danés de 1.219. Sí quedan, sin embargo, tres de las cuatro torres del
castillo que se construyeron en su lugar en 1229. El carácter barroco del
castillo data de su reconstrucción en el siglo XVIII.
Nos fijamos en la más bonita de las torres, Pikk Hermann, de 1371, al
suroeste, culminada por la bandera nacional. Podemos observar las otras dos
torres desde el patio de Toom-Kooli 13. Vemos después la Iglesia luterana de
la Cúpula (Toomkirit), la más antigua de Estonia, del s. XIII. Desde allí, nos
dirigimos al mirador con las vistas más espectaculares. A través de una
abertura en la muralla llegamos a Lossi plats, donde se encuentra la Catedral
ortodoxa rusa de Alexander Nevsky, frente a los edificios del Parlamento.
Construida en 1900, desentona al contrastarla con los demás edificios.
Símbolo de la dominación rusa, padece los recelos de la población. Se
encuentra cerca el patio de los Reyes Daneses, donde se congregan cada
verano un buen montón de artistas con sus caballetes y pinceles. Una de las
torres, la Torre de la Virgen (Neltsitorn) en Luhike jalg 9 a, es una cafetería
con buenas vistas.