esquistos bituminosos (que abastecen la mayoría de las necesidades
energéticas de Estonia) y los fosfatos. De la actividad agropecuaria se obtiene
carne, hortalizas, patatas y cereales. Estonia posee además una importante
industria pesquera, aunque ha tenido que salir mar afuera, debido a la
contaminación proveniente del vertido de residuos tóxicos industriales por
parte de diversos países fronterizos cuyas costas son bañadas por el Báltico.
No existe en Tallin, ni en otras ciudades menores, un adecuado sistema de
tratamiento de las aguas servidas.
A pesar de los vínculos históricos y políticos con sus vecinos del sur,
lituanos y letones, el pueblo estonio se distinguió siempre por su espíritu y su
cultura independientes. Pertenecientes a una rama de la familia de naciones
fino-úgricas, los estonios poseen mayores vínculos culturales y lingüísticos
con los fineses del norte que con los bálticos indoeuropeos del sur. Los
antepasados del pueblo estonio se establecieron en la región hace unos 6000
años. Por el año 400 d.C., la caza y la pesca propias de la vida seminómada
comenzaron a ser sustituidas por la agricultura y la cría de ganado. A la vez, la
navegación en el Báltico y el comercio con las naciones vecinas era cada vez
más intenso. Entre los siglos XI y XII, una fuerza militar combinada de
estonios rechazó con éxito las primeras ofensivas rusas. Cuando germanos,
daneses y rusos invadieron estas tierras, en el siglo XIII, los estonios
constituían una federación de estados, con un alto grado de desarrollo social y
autonomía, que los mantuvo unidos frente a diferentes dominadores.
En el siglo XIII, los Caballeros de la Espada, orden germánica de las
cruzadas nacida en el siglo XII, conquistaron la parte sur de Estonia y norte
de Letonia, crearon el reino de Livonia y cristianizaron a sus pobladores. La
Reforma protestante entró en Estonia en la primera mitad del siglo XVI, a
través de comerciantes y terratenientes germanos. La parte norte de Estonia
quedó bajo control de Dinamarca. Entre 1558 y 1583, Rusia desató varias
ofensivas contra Livonia, que se desmembró por completo en 1561. Polonia
conquistó Livonia en 1569 y cedió la mayor parte del reino a Suecia en 1660.
En las Guerras Nórdicas (1700-1721), Rusia le quitó Livonia a Suecia y la
retuvo por el Tratado de Nystad. Rusia recibió la parte polaca de Livonia en
1772, en el primer reparto de Polonia entre Rusia y Suecia. El antiguo reino de
Livonia se convirtió en provincia de Rusia en 1783. El zarismo gobernó la
provincia con los nobles germanos, propietarios de la mayor parte de las
tierras, mientras los campesinos permanecieron sometidos a la servidumbre.
La conquista del derecho de propiedad sobre sus tierras, en 1804, y la
abolición de la servidumbre en Rusia fortalecieron el sentimiento nacional de
los estonios. En la segunda mitad del siglo XIX, la actividad de la Sociedad de
Escritores de Estonia ayudó a consolidar la escritura y el folklore nacional,
que resistieron las campañas de rusificación del zarismo.