Viajes por Europa (III parte). Castillos del Loira (II parte), Valle del Mosela, Selva Negra y Austria.
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CAPÍTULO 13 / Miércoles 13 de agosto
(
Königssee – Obersee – Nido del Águila – Estrasburgo): 555 Km
.
Königssee
- Estado: Baviera (Alemania)
- Altitud: 614 metros sobre el nivel del mar
- Coordenadas GPS: N 47º 35’ 27’’ – E 12º 59’ 16’’
El despertador suena muy pronto, a las 7:15h. Javi duerme profundamente, es demasiado
temprano para él. Le susurramos al oído y despierta aturdido estirándose de bailarina de ballet al
tiempo que ruge como el león de la Metro Goldwing Mayer.
Tras un espléndido desayuno, nos preparamos para la etapa del día. Salimos del aparcamiento a
las 8:30h, nuestros tres vecinos franceses nos siguen.
El parking del Lago Königssee se encuentra a un par de kilómetros del lugar de pernocta. Una
ligerísima cuesta nos deja en la barrera de acceso. Por 3€ se puede estar todo el día. No se
puede pernoctar.
Como estoy ansioso por admirar el Königssee desde la ventana del pequeño barco, de manera
urgente, sacamos los billetes a 12€ por persona en la taquilla del muelle y nos ponemos en la fila
donde nos esperan varias excursiones de japoneses y de niños. Para los más pequeños hay un
barco de reducido tamaño en exclusiva. Dada la excitación de los niños, sólo les falta "hacer la
ola".
El Königssee es un lago alpino precioso, rodeado de paredes escarpadas y de naturaleza en
estado salvaje, podríamos decir, sin error a equivocarnos, que el paisaje del Königssee es
sobrecogedor; un espejo de agua clara con un color verde esmeralda y una pureza posible gracias
a su origen: el agua proviene de los Alpes y alimentan la cuenca del lago. El Königssee está
rodeado de vida que serena el espíritu mientras al fondo se oyen los cánticos de las aves que
vuelan ajenas al discurrir del tiempo. En medio de un paisaje inhóspito de asombrosa belleza, en
el Königssee es grato regalarse horas de contemplación en total soledad para disfrutar de la
delicadeza plástica de este lugar.
El marco del lago y las montañas es poco menos que espectacular, único: no es casual que el
paisaje haya inspirado cuentos de hadas populares en la región. Puestos a imaginar, muchos de
sus pobladores, no dudarían en creer, al observar por la noche a la luna reflejándose en el espejo
de agua del Königssee, que el sitio, está verdaderamente encantado.