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He leído que aparcar en la calle en Nápoles es casi un imposible, y los parkings en el centro son muy

caros. Pero hay algunos parkings municipales de bajo coste, y localizo uno que parece estar a una

distancia razonable del centro. Allá vamos.

La entrada a Nápoles es fea de cojones, con perdón. No es que esperemos mucho más del centro,

pero el extrarradio es industrial y cutre. Y el parking (un megaparking vertical de muchas plantas) es

tan cutre como lo demás.

Entramos y está prácticamente lleno. Subimos una planta, otra, otra… llegamos a la última, y aquí hay

sitio. Aparcamos. El parking es desolador, parece sacado de una escena de Mad Max. No hay señales

de salida peatonal, no hay señales de por dónde ir a la caja… encuentro un mapa de esos de

emergencias en una pared, pero la salida que indica allí está cerrada. Finalmente encontramos el

ascensor y bajamos.

Aquello da mala espina. No hay un alma, todo es cutre, estamos en un barrio que parece un polígono

industrial… ¿seguro que desde allí llegaremos andando al centro? Saco de nuevo el móvil, consulto el

mapa… Joder, creo que estamos más lejos de lo que creíamos. Vámonos, mejor pagar un poco más

pero dejarlo en un sitio más normal.

Buscamos dónde pagar, y tras varias vueltas hallamos una máquina desvencijada. Nos sopla un par de

euros sólo por entrar y salir, hay que joderse. Nos vamos.

Los parkings del centro andan por 6€ la hora, nos va a salir esto por un pico, pero es lo que hay. Al salir

del parking, vemos gente esperando el autobús… quizás sea ése el truco, dejar allí el coche y coger el

bus, pero no estamos para experimentos; si hay que pagar, pues pagaremos.

En esto que, llegando al centro, veo una placita reconvertida en parking de superficie. Y hay sitios

libres. Entramos y aparcamos. No sabemos cómo va aquello: está claro que hay que pagar (hay un

cartel del ayuntamiento, hay tarifas por horas…) pero no vemos parquímetros. Allí hay un viejo

sentado en una silla plegable enmedio del parking, al que unos jóvenes que acaban de aparcar delante

le han dado alguna moneda, y ya viene hacia nosotros. Está claro que es el “aparca” o “gorrilla” del

sitio, y aprovecho para intentar preguntarle en itañol cómo funciona aquello. Me pregunta cuánto

tiempo voy a estar. Yo qué sé… ver un poco aquello y cenar… unas 3 horas, supongo… Pues nada, para

3 horas no te pongas aquí, me dice, sino allí, y me das a mi 5€ y listos.

Me señala una zona junto a unos contenedores de basura, donde hay espacio sin delimitar como

plazas de aparcamiento, y donde ya hay un par de coches aparcados y queda un sitio. ¿No habrá

problemas con “

la polizia

”?, pregunto. “

Nessun problema, cento per cento sicuro, nessun problema

”.

Me imagino que es como en Madrid: si pasa el controlador del parking, te puede multar por no tener

el papelito o por haberte pasado de la hora, pero no puede multarte si estás mal aparcado, porque no

tiene autoridad para eso, para eso tiene que venir un policía. Pero es que a lo mejor viene un policía,

así que insisto:

“¿Ma… sicuro, no polizia qui, no problema?” “Cento per cento sicuro, nessun problema,

lo garantisco

”. Y me tiende la mano, como jurándomelo. Le falta escupírsela antes. Le doy la mano y

me digo que bueno, que seguramente tiene razón, no tiene pinta de que esa placita llena de pintadas

y gente sentada en sus sillas (que no nos quitan ojo) sea muy frecuentada por la policía. Le doy sus 5€

(sé que me está timando, pero es bastante menos de lo que pensaba gastarme y prefiero tenerle

contento, que quiero encontrar el coche entero) y aparco en tierra de nadie. Nos vamos.