

autopistas, hemos sufrido una obra detrás de otra, cortes de carril, marchas a 60 km/h… Por no hablar
de áreas de servicio pequeñas y saturadas de coches y camiones, en las que era imposible buscar un
lugar donde aparcar a la hora de la comida; debimos probar por lo menos en tres, hasta que
conseguimos encontrar una en la que colocarnos malamente entre miles de camiones mal aparcados
y poder comer algo. Italia es caótica. O, al menos, el centro/sur de Italia es caótico, porque a partir de
la Toscana todo es otra cosa…
Y es que se nota, se nota mucho. Acercándonos a la Toscana, y reconociendo los paisajes y muchos de
los pueblecillos por los que estuvimos hará unos 6 años, se aprecia un cambio generalizado, como si
estuviéramos en un país distinto. Esto es Europa: ordenado, tranquilo, hasta como más elegante… no
sé cómo decirlo. Europeo. El sur… es otra cosa. No sé, quizás las malas experiencias nos hacen verlo
con demasiados prejuicios y quizás estamos exagerando un poco, pero… agradecemos volver a la
civilización.
El camping Trasimeno es pequeñito pero mono. Piscina pequeña pero muy apañada, con su jacuzzi y
todo. Los baños, de lujo. Con el detalle de que el uso de la lavandería (lavadoras, plancha y demás) es
gratuito. Hasta con lavavajillas (jabón) “de cortesía” en los fregaderos, para que lo uses si lo necesitas
(¡y nadie se lo lleva! Definitivamente, esto no es Nápoles). Y con embarcadero, playita y tumbonas
junto al lago. Aunque no dan muchas ganas de bañarse ahí, porque el fondo se ve muy cenagoso. Pero
es bonito.
Hoy sólo nos instalaremos, iremos al pueblo a hacer compra, y nos lo tomaremos de relax. Mientras
acampamos, los niños ya se desquitan del día de viaje con la piscina y el jacuzzi. Somos los únicos
españoles del camping. Y es que habitualmente, los españoles somos la plaga en los sitios más
turísticos, pero en cuanto te sales de lo más típico, no ves ni uno. En este camping, alemanes,
holandeses, y algún francés. Casi ningún italiano. Con la excepción de los fijos de temporada en
Sorrento, todo lo que hemos visto hasta ahora apunta a que Italia no es un país muy campista,
tampoco hemos visto apenas caravanas o incluso autocaravanas italianas por sus carreteras.