Background Image
Previous Page  42 / 62 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 42 / 62 Next Page
Page Background

Aunque nos lo tomamos con calma, en hora

y media hemos liquidado Perugia. Nos

vamos a Asís, que está ahí al lado. No espero

mucho de Asís, que parece famosa sobre

todo por ser objeto de peregrinación, y a

nosotros eso nos la repampinfla. Sabemos

que tiene un enorme monasterio

franciscano (sede de la orden) con

hospedería, pero parece un gigantesco

mamotreto sin interés. Pero el pueblo tiene

un casco antiguo medieval, así que

suponemos que dará al menos para un

paseo.

Aparcar en Asís es más difícil aún que en

Perugia, pero hemos tenido muchísima

suerte: hemos llegado justo en la franja del

mediodía en la que se puede acceder a la

zona exclusiva para residentes, cerca del

casco antiguo. No nos va a dar tiempo a ver

la ciudad y comer, como teníamos previsto,

pero al menos sí a verla. Ya buscaremos

dónde comer en otro lado. Aparcamos.

¡Qué bonito es Asís! ¡Qué sorpresa! Precioso. O quizás es lo que dije más atrás: aquí hemos venido

casi a ciegas, no sabíamos lo que íbamos a encontrarnos, y las sorpresas se valoran. Si viniéramos bien

documentados, seguramente no nos habría impresionado.

Asís (su centro histórico) es una ciudad pequeña, pero toda en piedra. Medieval. Muy chula. Con una

placita preciosa. Con un templo romano perfectamente conservado, reconvertido en iglesia; no es el

Panteón de Roma, pero mola. Nos gusta Asís.