Viajes por Europa (III parte). Castillos del Loira (II parte), Valle del Mosela, Selva Negra y Austria.
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El Campo
En julio de 1938 se comenzó la construcción del llamado "campo de los españoles", y sus
primeros prisioneros, en su mayor parte presos comunes austriacos transferidos del Campo de
Concentración de Dachau, llegaron el 8 de agosto, es decir, a los pocos días. Ellos mismos
iniciaron las obras que no finalizarían hasta 1942, aunque fueron albañiles españoles quienes
construyeron la fortaleza casi en su totalidad. Cada piedra de Mauthausen representa la vida de
un español.
Mauthausen llegó a constar de tres secciones principales:
Campo I: campo regular.
Campo II: área de talleres del campo, donde los prisioneros realizaban trabajos forzados para
empresas y proyectos de la SS (en la primavera de 1944, estas barracas fueron habilitadas para
albergar prisioneros).
Campo III: campo de cuarentena, construido para mantener a los prisioneros recién llegados
aislados de los demás prisioneros.
Al sur del campo principal, junto a la vía de entrada, se encontraba el campo del hospital. Llamado
también el "campo de los rusos", fue construido originalmente para prisioneros de guerra
soviéticos. A partir de la primavera de 1943, los prisioneros enfermos o débiles se mantenían en
esta enfermería, donde recibían poco o ningún tratamiento y se enfrentaban a una muerte
prácticamente segura.
A la izquierda de la explanada destinada a pasar lista, había cinco barracones de madera
perfectamente alineados que, con otras cuatro filas de igual número, componían los 25 destinados
al “albergue” de los presos. El número de barracas se triplicaría posteriormente con la llegada
masiva de esclavos. Como no todos cabían en el complejo, Franz Ziereis, único comandante que
tendría Mauthausen, y del que más tarde hablaremos, tomó la decisión de cercar con alambre
terrenos situados al norte y al oeste del complejo principal, donde judíos húngaros y soldados
rusos capturados, vivirían todo el año a la intemperie.
A la derecha, a lo largo del muro exterior, se hallaban tres grandes edificios de piedra gris idéntica
a los muros del campo. El primero contenía en su sótano las iniciales duchas, a las que más tarde
se añadió una cámara de gas. En otro, las calderas para la desinfección de las ropas. El tercero,
el más tétrico, contenía dos hornos crematorios provistos de una alta chimenea que vomitaba
humo, llamas y un olor nauseabundo. Imaginando que tales instalaciones estaban destinadas a la
calefacción de los barracones, jamás se hubiese supuesto que las llamas surgentes eran
provocadas por la combustión de cuerpos humanos asesinados en el campo exterminador.
En un área cercana a estos tres edificios, los alemanes fusilaban a los prisioneros que habían sido
enviados al campo para ser ejecutados.
En el lado opuesto se encontraba el campo de tiendas, compuesto por 16 grandes tiendas de
campaña, erigidas en otoño de 1944 para albergar a los numerosos grupos de judíos húngaros
que iban ingresando. El área de administración y los cuarteles de la SS se hallaban en el área
occidental del campo.