Rumbo a Turquía

RUMBO A TURQUÍA Junio de 2005 Por “Abueletes” Salimos de Melilla el 4 de Junio, hacia Asilah, por Fes, Sidi Kacem, con un viento terrible y debiendo estar en la aduana un buen rato, ya que han cambiado los impresos y aunque yo llevaba los antiguos preparados, hemos tenido que rellenar y preparar los nuevos. Cuando llegamos a Alcazarquivir, hemos entrado en la población, y hemos podido ver el profundo cambio experimentado por este poblado, aunque continua sucio .los alrededores tienen pretensión de ciudad europea para atraer al turismo, pero desestructurado y vulgar. Llegamos a Asilah y contemplamos sus calles vacías de turismo con el placer de recorrer la bella ciudad de corte andaluz, que fue capital del caudillo Raisuly, quien luchócontra los franceses y alemanes. Cenamos en casa García (aún pienso cómo pudimos volver a este restaurante caro y mal servido cuando hay sitios mucho más baratos y agradables) Dormimos al lado de las murallas portuguesas, frente al mar; 20 dirhams al guarda, sin un solo ruido, exclusivamente el sonido del oleaje al fondo

DIA 5 Asilah/Málaga Salimos dirección Tánger, Tetuán, Ceuta; aquí cometo el imperdonable error de volver a comprar tabaco y fumar -¡si seré imbécil!- La travesía muy buena: 119 euros la Ac. y dos adultos. Tardamos en lugar de los 35 minutos habituales cerca de una hora; llegamos a Estepona y vamos a Casa de Mónica y Antonio que nos atienden de lujo y nos enseñan la maravillosa casa que han construido ellos solos: un hermoso chalet con piscina. Alucino en colores ¿cómo estos muchachos han podido trabajar tan perfecto y duro, sin tener conocimientos de albañilería o resistencia de materiales? Las niñas preciosas y Mónica prepara su viaje al Monte San Michel; Antonio tan amable y servicial le explica a Enrique lo del propano y nos regala el contenido de una bombona. Parece mentira que a esa chica que conocí en la quedada del Torcal le haya tomado tanto cariño, y es que realmente son de serviciales, que dan todo sin pedir nada. Dormimos en el paseo de Torremolinos entre Málaga y el término municipal, que es donde lo permiten, al lado de unos chavales italianos. DIA 6 Vamos por las bombonas que tenemos guardadas en Málaga y le compramos la carga a un camión que reparte en Sevilla, donde dejamos la Ac en la Fiat para la revisión

DIA 7 Sevilla/Cáceres Dos días en la Fiat y después Autocaravanas Hidalgo, para ver si solucionan el problema del frigorífico, pues no enfría la parte que no es congelador; dicen que el frigorífico esta perfecto e instalamos una cerradura de seguridad. Hace un calor de 40 grados DIA 8 En Cáceres Recorremos la ciudad monumental y hacemos unas gestiones personales; dormimos en la zona de acampada que proporcionó la PACA con su gestión; fantástica, agua, luz, electricidad y una zona privilegiada próxima al Centro, tranquilísima. DIA 9 Vamos al Monasterio de Yuste, y nos sorprende un pequeño cementerio cercano, donde hay enterrados cadáveres no reclamados por sus deudos de una guerra mundial; no logramos enterarnos de cuál, ni de su nacionalidad. Luego Gargantas de Olla, recomendadas por algunos foreros, merecía la pena, unas raras formaciones rocosas en medio del río. Dormimos en Plasencia, en un aparcamiento gratuito al lado de la estación de autobuses

DIA 10 Nos despiertan las fanfarrias, pues Plasencia está en fiestas; recorremos el casco monumental, deslucido por las basuras procedentes de las fiestas; el frigorífico no marcha bien y Enrique está muy “mosca” .Visitamos El Valle del Jerte con todos los cerezos cargados de frutos. Si el color rojo de las cerezas con el verde de los árboles es precioso, puedo imaginarlos en plena floración, no tiene comparación con la Región de Sefrou en Marruecos, que también es famosa por el mismo tema. Pensamos ver las Gargantas del Infierno, pero la AC no puede pasar por el puente y desistimos de hacerlo a pie porque me clavé al bajar al río una astilla y me sangra el pie. Compramos unas apetitosas, gordas y rojas cerezas y, mea culpa, robé otras poquitas de un árbol cercano al camino; nos duraron hasta Turquía y no son comparables a las de Sefrou. Éstas son mucho más gordas y saben mejor. Como el frigorífico sigue no queriendo enfriar decidimos volver a Sevilla. Así lo hacemos y al final nos abrieron la puerta y dormimos en el recinto de Autocaravanas Hidalgo, sin poder salir por los perros DIA 11 Nos atienden con cortesía y dicen que no enfría porque le falta ventilación a causa del calor; abren una enorme ventana en una rejilla y ponen otra rejilla más grande. Yo pienso que eso lo tenía que prever el ingeniero que la diseñó; me callo porque Enrique está que trina; nos facilitan dos direcciones, la de Alemania y otra de Navarra. Como hemos quedado con José y María Teresa nos marchamos; dormimos en un Área de Servicio pasado Madrid

DIA 12 Después de cargar alimentos, en Burgos nos encontramos con los alicantinos. Pasado Burgos, dormimos en un Área de Servicio de la autopista que conocía José, pasado Bayona en Francia. DIAS 13, 14, 15,16 y 17 BAYONA/MULHOUSE Atravesamos Francia despacito: de Las Landas al Perigord, por Mont de Marsan y Bergerac, Clermont Ferrand, Puy de Dome, Feurs, Lons le Saunier, Belfort Besacon; atravesando La Auvernia y la preciosa región de la Doube, haciendo acampada libre y durmiendo en maravillosos lugares destacando, como información para todos, el aparcamiento que hay cerca del río en Perigord; la municipalidad lo ha dejado para que pernocten AC’s y tiene todos los servicios necesarios para ser autosuficientes, el paisaje maravilloso y próximo a la ciudad medieval, que es una maravilla. En otro lugar que ha habilitado la municipalidad en Baume les Dames, cobran 4 euros para Ac’s y turismo fluvial, habiendo muchos barquitos en el río. María Teresa encantada porque siempre había atravesado Francia por autopista y le entusiasman los pueblecitos y el paisaje. Enrique me compra frambuesas que me encantan y comemos deliciosas especialidades francesas: Langue de Boeuf, huevos a la cocotte y los deliciosos calamares rellenos, sin olvidarnos de los patés. DIA 18 Hoy realmente empieza el periplo hacia Turquía; entramos en Alemania con un hermoso sol primaveral por Friburgo y la Selva Negra; nos dirigimos a Triberg para que lo viesen los alicantinos, patria del reloj de cuco y una ciudad preciosa con muchísimas cascadas; por la tarde al Lago Titisse, donde cenamos en un pequeño restaurante a orillas del mismo, gracias a un señor que hablaba español y nos tradujo con la camarera. Paisaje realmente idílico. Dormimos en una nueva área que

encontramos, aunque nosotros habíamos dormido varias veces en otra que era mucho más cómoda. Por la mañana a las ocho viene un señor y nos cobra 10 euros ¡esta vez los alemanes se han pasado! DIA 19 Nos dirigimos a Schauffsen para enseñarles las Cataratas del Rhin a los alicantinos; aun más impresionantes que cuando las habíamos visto nosotros, por el deshielo; nos cobran 0,70 euros. Muchísimo turismo, sobre todo excursiones de la tercera edad .Como nosotros no conocíamos Liechestein, nos lleva José, que él sí lo conocía. En Vaduz no pudimos entrar al castillo ducal por estar en obras y todo cerrado ya que era festivo; similar a Andorra pero mucho más elegante; su negocio principal, la venta de sellos, lugar que conocen todos los filatélicos del mundo. Realmente me ha decepcionado, me parece un lugar triste y desangelado. Dormimos en Austria en una zona de servicio donde proliferaban las alegres chicas del sexo. DIA 20 Vamos a Fussen para que María Teresa conozca el castillo de Luis II de Baviera al que llevó a Wagner, inspirándose para su decoración en las obras del compositor. Lo eligió Walt Disney para inspirarse en el castillo de la Bella Durmiente. También vimos las cataratas del río Les y José se animo a dejar la AC y se vino con nosotros a pasear por Fussen, típico pueblecito de Baviera con multitud de comercios. Me dirijo a la Oficina de Turismo a coger información y me sorprenden unas piedras que giran, una fuente realmente extraña. A 4 Km., zona de pernocta habilitada para AC’s donde nos cobran 4 euros. Nos reímos mucho cuando Enrique le cuenta la anécdota que nos pasó el año pasado en Alemania en una autopista, relacionada con el show que hacen los Morancos, imitando los sonidos del

insecto que se conoce como mariquita y que, según ellos, su sonido es ulifriski, palabreja que decimos cuando no entendemos nada de nada DIA 21 Hoy nos toca el Tirol alemán, recorriendo pueblecitos, lagos, arboledas, etc. De ahí hacia Salzburgo donde damos un paseo en coche, pero José decide continuar porque dice que los dos conocemos la ciudad. Me quedo con una gran pena porque, aparte de ser una de las ciudades más bonitas del mundo, a mi personalmente Salzburgo me encanta, pero me conformo, llegamos a Maauthausen y dormimos en una placita. Antes, recorremos el pueblo y parte de la orilla del Danubio, que tenía un tráfico enorme de barcos, hay referencias a los caídos en el campo de concentración y un pequeño cementerio italiano DIA 22 Por la mañana subimos al campo de concentración, recorremos los terribles barracones, vemos el cementerio y el museo. Me hago una reflexión que tal vez parezca estúpida; alrededor había muchos manzanos, hace años estuvimos en este campo estaba cerrado por lo tardío de la hora y pasamos por una barrera donde se encuentran los monumentos conmemorativos que han hecho países y particulares; las manzanas me hicieron tener la misma reflexión ¿existirían esos manzanos cuando el campo estaba operativo? ¿Cuántos serían golpeados o asesinados por mitigar el hambre cogiendo una manzana? Los hornos crematorios y las duchas de gas me helaron la sangre en las venas. Es terrible tanta crueldad del hombre contra el hombre. Llueve de forma espantosa; esa lluvia nos acompañó a Mayerling, ya que en Viena habíamos estado cuatro veces y sentía curiosidad por ver los célebres bosques y contemplar el lugar de la desgraciada historia del archiduque Rodolfo, que se suicido antes de matar a su amada, ante la negativa del Papa a anular su

matrimonio para casarse con su amante y la llamada de atención del emperador Francisco José. El antiguo pabellón de caza, hoy convertido en Abadía, alberga a una comunidad de monjas; una de ellas nos acompañó a la capilla donde se suicidaron los amantes y nos dejó solos, recorrimos el pabellón tranquilamente y dejamos un donativo al salir. Continuamos hasta la frontera húngara; el forinto estaba a 280 por un euro, dormimos en un área. En esta ocasión he visto que Hungría no es lo que era; el país ha mejorado de forma espectacular en poquísimos años. Cena en un Mc Donals del mismo lugar de pernocta DIA 23 Llegamos a Budapest y vamos al ya conocido Camping Haller. A Maria Teresa le ha encantado por su tranquilidad y, como hemos llegado pronto, hemos cogido el mejor sitio entre los árboles y un banco para nosotros solos. Fuimos al mercado de al lado y nos aprovisionamos de fruta y verdura fresca. Hicimos la colada de tantos días en las lavadoras gratuitas y que la primera vez que las vi me sorprendieron, porque tenían una centrifugadora como el vaso de una batidora. Por la tarde nos fuimos a Pest, Mercado Central, Parlamento, Vacy utca, Sinagoga paseos a pie que me dejaron muerta. Por la noche el señor del camping nos dice que va a haber ruido, ya que se celebra una fiesta por ser la víspera de San Juan; me acerco a ver los preparativos y están haciendo una especie de caldereta en el típico caldero húngaro con trípode encima del fuego; me invitan a entrar en el recinto que pertenece a la escuela de música y danza y veo unos puestecitos donde venden objetos, hierbas y velas que me llaman la atención; sobre todo un vejete vestido de negro con un gran medallón que me recuerda al gran maestre del diablo en la película de Polansky “La semilla del diablo”. No me gusta lo que veo, hay féminas leyendo las manos y echando las cartas; decididamente no me gusta. Por la noche encienden

antorchas y cánticos extrañísimos ¡Si se trata de la celebración de la Festividad de San Juan! Me parecen unos rituales que rayan en lo pagano. DIA 24 Subimos a Buda y paseamos por el Bastión de Pescadores y toda la zona del Palacio Real, etc., pues los alicantinos habían estado en Budapest, pero no lo vieron. Al bajar, José entró en un restaurante donde pienso que nos vamos a dejar el presupuesto del viaje; las mesas tenían hasta cubiertos de plata, tomamos una bebida y nos fuimos con viento fresco buscando lo popular, que está más al alcance de nuestro bolsillo. Entramos en el Centro Comercial Mamut y comimos en un Griego estupendo, que nos costó un precio razonable; los alicantinos se vuelven al camping y después de acompañarlos al metro, hasta la salida para el camping nos volvemos y recorremos los sitios que nos gustan de otras veces: puente de las cadenas, baños Gellért... DIA 25 Hacia Rumania, en lugar de ir por autopistas, vamos por carreteras nacionales, así se conoce un país mejor. Íbamos a ir a Milkosh, pero llegamos a Debrecen, por una carretera en obras que nos entretuvo un mogollón. La idea era ir primero a Satu Mare para ver el cementerio alegre y los Monasterios del Norte, pero decidimos dejarlo para la vuelta y así José podría disfrutar de baños en el Mar Negro que le hacia ilusión. Entramos por Oradea, pagamos una viñeta para circular por el país (5 euros 15 días); la policía amable y al ser la lengua rumana de origen latino, parece que nos entendemos un poco mejor, aunque con Enrique no hay problema pues contacta con todo el mundo de fábula. Una vez dentro del país se me cae el alma a los pies: las carreteras hechas una pena y los niños descalzos pidiendo; Marruecos, en sus zonas más pobres y deprimidas, son marqueses al lado de esta pobre gente. Los

edificios en ruinas, realmente terrible; es de noche y hay mujeres que venden cerezas en el camino, no encontramos ni un sitio donde hacer acampada así que Enrique propone lo que hacemos en Marruecos: parking de Hotel y propina al recepcionista, pero a José no le parece bien. Al final terminamos en un restaurante/puticlub, rodeados de condones usados, pero era el lugar más seguro que encontramos, delante de un lavadero “artesanal de coches”. DIA 26 Conforme vamos avanzando, percibimos la pobreza del país, Casi no hay cultivos, las casas destrozadas, venden cerezas por el camino. Al preguntarle a un señor el camino hacia Singhisoara, se porta de cine, utiliza su móvil para llamar a un amigo que habla español y éste nos indica la dirección; también me enseña que para decir gracias en fumano se dice “musulmes”; la gente es realmente encantadora. Un litro de gasoil vale 35,ooo leis, la traducción en euros, este es el tema de José que para los cambios es único, “menos de un euro el litro”; con esas cifras parece todo carísimo, pero una señora me explica que el mes que viene restan 3 ceros para ir aproximándose para cuando entren en la zona euro Llegamos a Cij Napoca y damos una vuelta para ver la ciudad; unos preciosos frescos en la catedral, pero todo desangelado y muy estropeado. Me cuelo a ver un pórtico y, al parecer, dentro hay una asociación; me ofrecen entrar ¡la gente encantadora! Cuando nos montamos en la Ac. vemos una boda y le digo a Enrique que pare, para ver a la novia, los novios nos saludan con las manos y una gran sonrisa, y se aproxima una señora que ofrece pasteles y nos acerca la bandeja para que comamos. A mi me da un apuro horrible pero Enrique coge, e insisten para que cojamos más; la novia, una chiquilla preciosa, y que conste que no por el dicho “de que no hay novia fea”

Llegamos a Singhisoara y José no viene por el temor a los robos, así que los tres nos dirigimos hacia la ciudad medieval, que es una maravilla; la recorremos a pie, no nos quedamos sin ver ni un solo rinconcito. Está muy mal cuidada pero me encanta, me quedo sin comprar unas acuarelas de una calidad bastante aceptables a una chicas que hablan español -las telenovelas sudamericanas subtituladas hacen maravillas con el idioma- no llevo euros fraccionados, sólo billetes de 50 y eso que lo preparé en España aprovisionándome de billetes de 5, pero los he olvidado en la Ac. Siento no haberlas comprado, mayormente por la vendedora que era simpatiquísima y me ha contado muchas cosas sobre el país. Dormimos en Brasov, en un camping de la era socialista, o sea barracones esparcidos, pero los han restaurado en alegres colores y los servicios los han mejorado; pagamos unos 9 euros. DIA 27 Nos dirigimos hacia el castillo Bram, donde habitó el Conde Drácula. Llueve a cántaros y el paisaje de Transilvania me decepciona. Yo lo había imaginado diferente, la carretera es una verdadera epopeya y la lluvia arrecia de forma increíble (gracias a Dios no nos cogieron las horribles inundaciones de unos días más tarde). Era lo que le faltaba a este pobre país. El pueblecito no es gran cosa, pero está lleno de tiendas de souvenir y compro unas carátulas de madera tallada de Drácula, con afilados dientes, que harán las delicias de mis hijos. El castillo se alza majestuoso entre árboles en una zona escarpada y que parece más tétrico e irreal, por el día lluvioso y la densa niebla, aunque aquí no está enterrado Drácula sino en otro castillo de Brasov donde, al abrir la tumba, se encontraron con el cadáver de un caballo.

Todo enfocado al turismo: hoteles varios, campings y multitud de restaurantes. Cuando regresamos José ha preparado una comida de estilo asturiano y damos buena cuenta de ella. Lo comprado ha sido un arduo regateo: por las carátulas me pedían 50 euros y se quedaron en 10; Enrique adquiere un CD de música rumana y de 40 euros se quedó en 5. Compramos unas pizzas parecidas al misimmel marroquí y pan de garbanzos para la noche. Continuamos hacia Bucarest con una espantosa lluvia pero alucino en colores ante el paisaje de los Cárpatos; ¡no los olvidaré en la vida! Realmente fantásticos por su soberbia grandiosidad, paisajísticamente es el recuerdo más hermoso que guardaré de este viaje. DIA 28 Gracias a Dios hace sol. Desde el camping cogemos un autobús que nos lleva al centro de la ciudad, todo tan roto y destrozado que me proporciona su visión una gran angustia y, aun así, sigue la gente viviendo dentro. Parecen que se van a desmoronar de un momento a otro, en los cristales no hay cortinas o están pintados o tienen papeles de periódico; muchos ancianos piden por las calles, hay gran cantidad de policías, un poco“chulitos”, basuras, destrucción... ¡¿qué han hecho con este hermosísimo país?! A pesar de tanta miseria, pues ya no es pobreza, hay muchísimos puestos de flores y pienso quién las comprará, ya que viendo el nivel de vida no creo que les sobre mucho para adquirir algo tan hermoso como una flor pero que, al fin y al cabo, hay que pagar por ellas. Las chicas vestidas a la europea con sus barriguitas al aire y sus camisetas de algodón, ponen color entre la tristeza de estas calles desangeladas y sucias. Comemos en un restaurante del Centro, mal servido y nos dan comida congelada (15 euros por cabeza me parece un latrocinio) aunque hoy me hubiera quedado sin comer para repartir el dinero.

Maria Teresa entró en una peluquería para teñirse; yo me hago las manos; jamás de los jamases me han hecho unas manos tan perfectas sólo con unas tijerillas y me cobraron al cambio 1 euro. Me gustan los rumanos; son amables, serviciales y su lengua de raíz latina tiene muchas palabras y frases que guardan connotaciones con nuestro castellano. DIA 29 En el camping hemos pagado unos 20 euros; nos dirigimos a Bulgaria por la frontera Giorgiu /Ruse, gastamos la monedas que nos quedan en un súper ya que al regresar no nos valdrán por el cambio. Nos han estafado 20 euros, algo similar a lo que ocurría hace unos años en Marruecos. Los 20 euros han sido una estafa de la policía rumana. Le han dicho a Enrique que era por atravesar el pueblo y el muy tonto no ha pedido recibo; ya nos comentarían más tarde que lo suelen hacer de forma habitual. Ha sido todo un reto, porque al salir del supermercado José se ha dirigido a la frontera por el río y un individuo le ha dicho que él le acompañaría al lugar del puente (unos 2 Km. más o menos). Nos extraña que se subiera en la Ac pero continuamos detrás de ellos y Enrique se da cuenta de que algo pasa, se baja y se acerca y el individuo le está diciendo a José que le pague por acompañarlo. José cree que lo tiene que hacer pero Enrique acostumbrado al chipichangueo de Maruecos, conmina al individuo a que se baje, éste no quiere hacerlo y Enrique con su tercera edad a cuestas lo coge del pecho y lo baja a empellones; el otro le dice que es policía y Enrique le dice que se lo demuestre, que vayan al puesto de policía próximo de la frontera y aclaren el asunto; por supuesto dice que no y se queda amenazándonos y despotricando. Regla básica: siempre llevamos los seguros de las puertas bajados y no dejamos que se suba nadie, consejo que le damos a José.

Después de la presunta estafa y de pagar la estafa a la policía, atravesamos la frontera Rumana y nos cobran 15 euros por atravesar el puente que une Bulgaria con Rumania pero con recibo; un poco mas adelante 12.50 euros por la viñeta y peaje de Bulgaria y 4 euros por desinfectar las ruedas, o sea pasar por un charquito tipo al que hay a la bajada del puerto en Málaga gratuito. Entrar a Bulgaria nos ha salido un poco caro pero más caro nos hubiera salido si el individuo le propina a Enrique una paliza, porque medía dos metro y parecía un armario ¡este abuelete! Entramos en el país y no me produce la horrible impresión de la entrada a Rumania; las carreteras no son demasiado malas aunque muy estrechas, carteles en cirílico sin traducción y un increíble olor a hinojo dulce durante toda la estancia en el país; la gente muy seca pero amable. Hemos dormido en una gasolinera de 24 horas al lado de unos jóvenes que han dormido en el coche; nadie nos ha molestado y nos han dicho que nos quedáramos allí porque el camping mas próximo estaba lejos y tendríamos dificultades en encontrarlo; no me apetecía quedarme pero en Bulgaria las cosas no son como yo las había imaginado. DIA 30 Llegamos a Sofía. Damos un paseo por el Centro y compro unas cortinas que me entusiasman; llevo años tratando de comprar unas de ese estilo para la cocina y 8 metros me cuestan 6 euros. Vimos la mezquita y le cuento a María Teresa lo de las bolas que simbolizan el pan; el palacio presidencial me decepciona y vimos una bonita columna de la peste. Al regreso veremos Sofía con más atención. ¡Sorpresa mayúscula! Todo está limpísimo, se puede comer en el suelo; tiré una colilla por la ventanilla (desgraciadamente en este viaje he vuelto

a fumar) y ante la mirada de un conductor quise que me tragara la tierra. Continuamos hacia nuestro objetivo Búlgaro “El Monasterio de Rila”. Comemos cocina búlgara en un chiringuito de subida al monasterio. Me ha encantado; pedí, como siempre, comida nacional: karma deliciosa con un sabor agridulce y unos creps bastante cutrecillos pero que me supieron a gloria. ¡Por fin Rila! Aparcamos en la puerta del monasterio. Aluciné en colores; es uno de los sitios más bellos que he visto en mi vida. Indudablemente, tengo que volver para estar más tiempo. No sé cómo describirlo, parece una posada medieval con pisos, en blanco y color caldera, frescos bastante bien conservados por todas partes; ¡Algo increíble! Y cuando entré a la iglesia ortodoxa, sufrí un choque de belleza tan descomunal como el que sentí la primera vez que estuve en Lascaux; me hubiera quedado ahí para toda la eternidad. Es imposible decir ni escribir la belleza y la paz que se siente. En la iglesia estaban “comulgando los fieles” pues había un servicio religioso, me ofrecieron pan y lo comí con todo el respeto; iconos por todos sitios, monjes barbudos de una gran presencia; dimos un paseo alrededor y había tiendas que vendían iconos; me quedécon las ganas de comprar uno de metal, con la cara de la virgen y el niño pintadas de forma exquisita. Llegaba la noche y decidimos pernoctar a la puerta del monasterio. No había nadie ya pero vino un guardia y nos dijo que estaba prohibido, pues el monasterio tenía un camping. Nos dirigimos a él pero cuando nos estábamos instalando, las moscas y la suciedad me obligaron a decir que yo allí no me quedaba, aunque estaba lleno de gente. Salimos y bajamos por la carretera que habíamos subido, encontramos un ¿camping? de lo mas cutre pero no había moscas, ni luz; los servicios eran asquerosos pero empezó una tormenta con aparato eléctrico y nos quedamos allí. Tomamos una cerveza en una especie de chiringuito soportando la borrachera de una inglesa que estaba sola. Noche apacible.

DIA 1 JULIO Nos cobran 2.000 pelas al cambio antiguo; me parece un robo pero al desconocer el idioma la cosa es más difícil. Hacia Grecia, en la frontera Griega todo muy rápido y un policía griego nos canta ”que viva España”. Continuamos hasta Tesalónica y después a Trikala, donde encontramos un sitio perfecto para acampar, pero un señor muy amable nos dice que hay un mercado matinal y que nos despertarán a las “five o’clock”. Nos acompaña a un lugar cercano, una espacie de aparcamiento y allí nos quedamos con un calor espantoso; nos vamos a dar una vueltecita por el pueblo y comemos unos deliciosos helados. Descubro una especie de casitas con iconos dentro, luces de velas y estampas con motivos religiosos, pregunto y no me entero ni patata; más tarde, a lo largo de los kilómetros recorridos, aprendo que es la cultura del iconostasio, algo que me fascina y que pienso estudiar con profundidad. Aunque hay gente que dice que son monumentos a los muertos en carretera, no es así. Me hubiera gustado comprar uno en las tiendas de cerámica de los caminos, pero el volumen no me permite transportarlo; la pena es que muchos de ellos a lo largo de los caminos han sido expoliados y otros muchos muy deteriorados por las inclemencias del tiempo y los gamberros. ¡Me parece un sacrilegio! Antes de dormir se apetece otro helado por el calor, Enrique en pijama va y lo compra en un puestecillo cercano. DIA 2 Llegamos a Kalambaca, un precioso pueblo lleno de tiendas. Compro tres reproducciones de iconos y alguna que otra cosilla para regalar; reponemos víveres después de haber comprado sandias en un puesto del camino. METEORA una de los paisajes mas impresionantes de este viaje, algo tan insólito y espectacular que me llena el espíritu de belleza; ¡las impresionantes formaciones rocosas y los monasterios edificados sobre ellas! La carretera para acceder a algunos de ellos es francamente peligrosa, muy estrecha y con tal cantidad de autobuses que dificultan el

transito. Realmente lo paso mal por el espacio y los cortados; hay bastantes Ac’s encaramadas en lugares inverosímiles, donde parecen que han llegado volando; la vista desde lo alto es soberbia ,pero hay tal cantidad de personas que resta intimidad a lo que podía ser, aún, anímicamente más bello. Recorremos uno a uno todos aquellos donde pudimos llegar con la Ac pues nuestras piernas no están para hacer montañismo A la bajada comemos en un restaurante donde la propietaria, una mamma griega, grita como una loca para que aparquemos en batería y asítener espacio para más clientes. Nos reímos a rabiar porque a José no le gusta el queso y pide “salchichi”, suponiendo que serían salchichas, pero se trataba de una especialidad griega, precisamente con queso, yogurt y pepino; la carne, una especie de brochetas deliciosas y la ensalada; realmente las he comido mejores. Conocemos a unos jóvenes españoles que vienen de viaje de novios y nos comentan lo terrible que conducen los griegos y que está lloviendo en Atenas a mares. Dormimos en Lamia en las instalaciones de un súper, habiendo pasado al lado del Monte Olimpo ¡que pena no tener tiempo para subir a saludar a Zeus! DIA 3 Nos vamos a Delfos por un camino de montaña; aunque podíamos haberlo hecho por un camino mucho más fácil pero a José le encantan estas carreteras y aunque por otro sitio hay mejor carretera, tiene derecho a algún caprichillo. Con las enormes ganas que yo tenia de ver el oráculo del Dios Pitico, me llevo una decepción; pensaba ver a la pitonisa bebiendo de la fuente Castalia y lloviendo, ni pitonisa, ni Dios Pitón .ni Apolo ni nada; .sólo cuatro columnas dóricas y unas ruinas muy mal conservadas, todo muy cutre y a unos precios de vértigo.

Enrique toma café en un chiringuito y se encuentra por todo adorno, una foto de nuestro cantante Ramoncín, después de pagar 2 euros por un café de pucherito. Totalmente decepcionante: basuras, malas hierbas, mal acceso ¡de pena! Hay varios campings en los alrededores y muy buenos sitios para acampar, pero está prohibido. La montaña del Parnaso casi no la veo por la lluvia y sin encanto alguno ¡yo esperaba ver a la Diosa Gea y a Apolo venciendo a Pitón! ¡Como todo sea igual que me espere Grecia otra vez! Los pueblos hasta Atenas no son feos pero tampoco bonitos; su arquitectura está desestructurada. No hay armonía. Paramos en un pueblito cercano a Delfos lleno de tiendas y turismo, donde pienso que creen que los turistas son imbéciles. Me piden por un cojincillo 50 euros y por una alfombra sintética 900 euros. La lluvia arrecia terriblemente y nos quedamos en un Mc Donals a la entrada de Atenas ¡espero que mañana mi espíritu esté más sereno y pueda contemplar las bellezas que espero! DIA 4 Nos ha costado encontrar el camping por la dificultad del idioma; se llama Kifissaria, cerca de la estación de metro del mismo nombre; trato amable pero masificado, limpio pero no acogedor; coges en la puerta un autobús que te deja en la parada del metro y la estación para visitar el Partenón se llama Monasteraki. Cuando bajamos hacia Plaka hay multitud de tiendas orientadas al turismo, con unos precios de locura. Ya, por la tarde, yendo en dirección opuesta, desciende el precio en un 300 o 400 por ciento, hablan todos los idiomas conocidos y una simpática viejecita nos requiere en un perfecto castellano. Mañana visitaremos la Acrópolis pues queremos disfrutarla con bastante tiempo

Después de comer un delicioso Kebab en un restaurante un poco alejado y un delicioso postre con ensalada griega y calamares, hemos visitado el Olimpeon, el templo de Júpiter; las columnas corintias me han gustado pero sigue estando el entorno bastante sucio. Hemos visto la Catedral, el estadio Olímpico, el Parlamento y el museo; éste sí que me ha satisfecho; hemos recorrido todo el barrio de Plaka. Lo siento, no me agrada; lo encuentro sucio, feo y desangelado; mucho hablar del encanto de Atenas pero me parece una ciudad absolutamente triste y la gente no amable precisamente; mucha gente pero no encuentro vida, triste, tristísima. DIA 5 Hoy ha sido un gran día. Hemos visitado La Acrópolis, uno de los sueños de mi vida: ver el pórtico de las cariátides. Entramos y subimos la colina poquito a poco; multitud de gente y un calor sofocante. Al parecer están restaurándolo todo; el Partenón fabuloso, he vuelto a retroceder en el tiempo y me ha parecido ver a Fidias contemplando el impresionante paisaje que se ve de Atenas; he procurado aislarme para fotografiar en mi memoria tantísima belleza y aunque las cariátides del Erecteón no son las verdaderas sino una copia, no me ha importado demasiado; he disfrutado como una loca aunque el templo estaba destrozado y tenia el mal de la piedra pero ayer pude ver la parte que no está en el museo británico sino en el de Atenas. ¡¡¡¡Qué gran día!!!! Luego hemos comido en un restaurante, en una callejuela típica, pulpo seco a la brasa y también nei mosnake, deliciosa. Toda la tarde hemos visitado las zonas no turísticas de Atenas tratando de encontrar el encanto de ciudad, de la que tantos literatos y

escritores han hablado pero la verdad, a pesar del bullicio, me sigue pareciendo una triste ciudad o, como se quiera, una ciudad triste. Tal vez no haya sabido encontrar su esencia, su alma, pero no, no me ha gustado Atenas. La gente no es precisamente simpática; he tenido un altercado con una señora que por fotografiarme cerca de su tienda pretendía cobrarme 3 euros porque decía que su establecimiento salía en la foto. El remate, en el camping Enrique se enrolla con un señor que hablaba español y nos ha preguntado” por la chica griega casada con el rey de España”; le ha salido el amor patrio y le ha dicho que es uno de los orgullos que tenemos en España es tener por Reina a Doña Sofía que es culta, educada, una gran mujer... ¡y eso que no es monárquico! DIA 6 Pagamos 52 euros por los dos días de camping y salimos de Atenas hacia Corinto; vemos el canal, una impresionante obra de ingeniería; ya lo quiso hacer Nerón pero se construyó en el siglo XIX; 7 Kms. de longitud, 77 metros de profundidad y 22 de anchura; tuvimos la suerte de ver dos barcos atravesándolo y nos hubiera gustado ver cruzar a un trasatlántico. Corinto tiene fama de que sus gentes no son excesivamente amables y no he encontrado pasas, tan célebres ellas, por ningún sitio. Hemos ido a Epidauro que paisajísticamente es precioso para ver el Teatro que según dicen es el mas grande y mejor conservado de Grecia, pero no hemos subido a lo alto por el inmenso calor, aunque me hubiera gustado verificar lo de la megafonía natural que dicen que es excepcional. En teoría teníamos que ver el templo de Asclepios el médico ¡DIOS, PERO SÓLO HEMOS VISTO RUINAS ESPARCIDAS SIN TON NI SON, sin orden ni concierto! El pequeño museo sí me ha gustado; voy de decepción en decepción. Más tarde Nauplio, donde hay una zona de Ac’s

cercana al puerto y nos hemos juntado sobre unas 20; paseando por el puerto Enrique, por señas, se ha intercambiado formas de pescar, tipo de carnadas y hasta le han dejado una caña; ¡es único para entablar relaciones amistosas! Este lugar lo domina un bonito castillo y el pueblo de lo más agradable con bastante turismo nacional y sobre todo italiano; los niños nos dieron la noche montando en bici y con juegos ruidosos hasta las 2 de la madrugada. En realidad este lugar me ha gustado mucho. DIA 7 Antes de marchar he ido a comprar botellas de Ouzo para mis amigos. José y María Teresa han continuado pero nosotros preferimos ver el Palacio de Agamenon en Micenas y la puerta famosa de los leones; las murallas que construyeron los cíclopes, según la leyenda, están las pobres aguantando 4 piedras ¡¡si el partícipe del asedio a Troya levantara la cabeza se volvía a morir!!! Luego Argos, donde partieron Los Argonautas y donde Orfeo lloraba a su amada Euridice. Nos dirigimos a Leonidon por las carreteras de montaña del Peloponeso bordeando el mar y recorriendo pequeños pueblecitos de pescadores, recordándome a los paisajes croatas; las carreteras son realmente espantosas estrechísimas; los conductores un rato imprudentes y muchos olivos tan ancianos que debían ser coetáneos de Palas Atenea. Hoy nos hemos hecho el propósito de irnos a Turquía lo ante posible. Pensábamos ir a Esparta y Mitra pero nos hemos encontrado con una pareja francesa que venían de allí y nos han dicho que no hay tal carretera, que es pista de tierra y no merece la pena. Con Esparta igual, aunque me apetecía ver el monte Taigeto y comer mermelada de rosas. La verdad es que no estaba yo por la labor de hacer pisteo. En Leonidoion nos esperan José y María Teresa en la playa; no los han dejado estacionar en los aparcamientos, así que en plena playa, cerca de la arena, decidimos darnos un baño pero una vez dentro del agua hay tantos guijarros y algas que, a pesar de ir calzados con escarpines, no resulta nada agradable. Paseo por el puerto y cena en un pequeño

restaurante donde nos volvemos a encontrar con los franceses. Bonita y apacible noche. DIA 8 Salimos de Leonidion deshaciendo el recorrido ya hecho pero las espantosas carreteras no nos permiten continuar. Llegamos a Trípoli donde no vemos nada que destacar. Atravesamos una carretera estrechísima pero con un superbellísimo paisaje y unos pueblecitos encantadores; en esta región la mitología se hace real. Hay miles de colmenas por todo el camino y tenemos que llevar las ventanillas subidas: pasamos por un pueblo que para mí que San Cristóbal apartaba los árboles para que pudiéramos pasar; me parece increíble que no nos cruzáramos con ningún autobús porque no sé qué hubiéramos hecho. Olimpia. La hemos visitado y Gracias a Dios estaba bien acondicionada y cuidada. He visto en el museo el Hermes de Praxiteles y al preguntarle a un señor (que se quejaba de que el turista viene a comer y comprar y que no visitan el museo) por la estatua de Zeus de Fidias elefantino, se emociona y nos larga una perorata de cómo desapareció y de lo malos que somos los turistas que no nos entusiasma la cultura: hablaba 6 o 7 idiomas y se ofrece a acompañarnos de forma gratuita. Olimpia está mejor cuidada que el resto y tiene la ventaja de que hay una entrada especial para los mayores de 65 años, que es el 50 por ciento de la entrada; bueno, ocurre igual por todo el país, ya que tienen unos precios con lo que no se puede visitar todo lo que te gustaría porque tendrías que empeñar la AC. Después de la visita vamos a Patras y terminamos durmiendo en un pueblo de pescadores que estaba en Fiestas y muy animado, en una paralela al mar, un sitio la mar de incomodo. DIA 9

Continuamos costeando por pueblos preciosos, dejando la autopista aunque fuera más largo. Pasado Corinto, José y María Teresa se van por la autopista y quedamos en vernos en Lamia. Nosotros vamos a Hidra y compramos almejas y ostras que vendían por el camino, unos pueblos muy turísticos una vez dejado el Peloponeso. Hacia el Norte pasamos por el desfiladero de Las Termópilas y vemos la estatua y el monumento a Leonidas. Se forma un atasco fenomenal por un accidente donde vemos los cuerpos carbonizados, bomberos, ambulancias... todo muy desagradable. Dormimos en un puertecito con dos o tres casas junto al mar. Lo muy positivo de Grecia es que hay fuentes y agua por todos sitios, algunas hasta con manguera. Una vista preciosa. Vamos al restaurante pero nos dicen que no sirven por la noche; me hubiera apetecido otra musaka. DIA 10 Al fin hacia Turquía. Llegamos a la frontera y nos encontramos multitud de coches. Las mujeres dan el grito ululante que yo creía que era patrimonio de las mujeres marroquíes y he comprobado que entra dentro del ámbito religioso. Por consejo de Toni de Ros marchamos detrás de los camiones y ganamos, lo menos, Km. y medio. Un alemán en una Ac nos increpa, pagamos 10 euros por el visado, luego a la ventanilla para sellar el pasaporte pero al hacer el permiso de importación temporal del vehículo la cosa tarda cerca de tres horas. Mientras, preparo la comida y comemos en la zona de salida de la frontera hacia Grecia; un policía nos llama la atención pero ante nuestra reluciente sonrisa hace la vista gorda. Entramos por Písala; yo casi me desmayo por el calor, hay policías y soldados por todos sitios supongo que por los recientes atentados. En Tekirdag le preguntamos a un oficial por el camping y nos indica que más adelante hay una zona de acampada. Macarena nos telefonea informándonos del atentado de Londres ¡¡que salvajes!!! En la zona de acampada decidimos quedarnos aunque nuestra idea era ir siempre a camping por los islamistas. Lleno de familias turcas, se me acercan varias mujeres para saludarnos, aprovecho y les pregunto

por las duchas; me acompañan a un sitio que es una ducha, rodeada de plásticos; hace el apaño pero de los servicios mejor ni hablar. Llega el chipichanga de turno que nos quiere cobrar 20 euros; esgrimo mis dotes de chipichanga aprendidos en Marruecos y al final nos quedamos por 5 euros. Los alicantinos quieren bañarse pero el mar esta sucísimo y lleno de algas. DIA 11 Estambul ¡POR FIN! Hemos pagado el peaje y hemos preguntado la dirección del aeropuerto pues tenia conocimiento de que allí estaban todos los camping; hemos encontrado uno que se llamaba Konya, muy grande y las instalaciones de lo peor; después de hacer la colada y comer hemos emprendido rumbo a la aventura de la pasión turca; hemos bajado en un autobús hasta los topes con un calor de muerte pero hemos visto las murallas y el Bósforo y la mezquita azul. Por el recorrido que llevaba el autobús, con el entusiasmo, hemos ido al final de la línea y se veía a lo lejos Santa Sofía. Hemos contactado con unas jóvenes que muy amablemente nos han llevado a un cambista de confianza y querían acompañarnos pero declinamos la invitación; en un taxi, donde nos hemos jugado el tipo, llegamos al gran bazar y lo recorremos enterito; me ha decepcionado, tal vez por nuestras connotaciones con el mundo islámico; muy limpio y con varias fuentes pero el Islam surge por todas partes y nosotros estamos demasiado acostumbrados a este mundo religioso; perfecto, pero me ha decepcionado; volveré mañana por si descubro algo que me apasione. Los alrededores son como bazares de tiendas y más tiendas con regateo característico, bullicio, etc. para nosotros nada nuevo. Llegamos andando a la Mezquita Azul al atardecer y solo al ver el obelisco mi piel se ha erizado; una vez en el patio, he procurado quedarme sola en un rincón para ver con mis ojos y no con las impresiones o comentarios de nadie. Después de mucho rato con la luz haciendo brillar la

cúpula y los minaretes, recuerdo todo lo que me apasiona del Islam y me transporto a la Meca e imagino sus mismos reflejos por el sol y su construcción, agrandada a causa de esta mezquita que se levanta ante mis ojos. Decido entrar y me cubro con un velo que me facilitan a la entrada; me descalzo y me siento para contemplar la inmensidad de su cúpula y sus bellos atauriques que la adornan por todos sitios. Rezo frente al mirab una plegaria donde se mezclan religiones que al fin y al cabo son ramas de un mismo tronco. Sólo por ver la Mezquita merecía la pena hacer el viaje, tantos y tantos kilómetros. Hemos paseado por sus alrededores mezclándonos con la gente y viendo algunos monumentos, como unos baños cercanos, de una gran belleza arquitectónica. Al final cogemos un taxi; es muy tarde y, de todas maneras, no merecía la pena el autobús ya que nos cobra 12 euros y estamos en el culo del mundo. No sé si podré dormir por la emoción. DIA 12 Muy temprano hemos aprendido que hay una estación de tren cercana y después de ésta un dolmus nos ha dejado próximos al palacio de Topkapi; las colas de turistas impresionantes. Hemos estado en el Patio de los Jenízaros y en la Iglesia de Santa Irene donde, casualidad de casualidades, había una exposición española. Esta iglesia fue incendiada en la misma época que Santa Sofía. Al final no hemos entrado al Harem porque la cola era sensacional y hacía un calor asfixiante; con mucha muchísima pena me he quedado pero me he colado a ver el segundo patio. Nos hemos dirigido a Santa Sofía que esta bastante abandonada. A los frescos les hace falta una urgente restauración que, al parecer, llevarán a cabo. Me ha decepcionado un poco después de ver ayer la Mezquita Azul; de todas maneras me lo he pasado “pipa”. Después hemos visto la cisterna y luego a comer a un restaurante en plena calle con un sol de justicia ya que todo estaba hasta los topes de gente. Más tarde, el Bazar egipcio que

me ha gustado más que el gran Bazar; tiene un encanto especial y no es .tan turístico. Se parece a los zocos morunos. Luego la Mezquita de Souleiman el Magnifico y la Torre Galata y paseos para ver el cuerno de oro; no hemos embarcado por mi temor al mar. Me ha encantado el Bósforo, las murallas de mar y las de tierra, el Acueducto y, por supuesto, el monolito egipcio. Al final de la jornada hemos llegado rotos y caer en la cama y dormirnos fue cosa de segundos. DIA 13 No hay más que hablar: me gustan los turcos y me gusta Turquía. Se levantan en el autobús para cederles el asiento a las señoras, está todo muy limpio y los comerciantes hablan tropecientos mil idiomas. Hay policías y agentes de seguridad por todos sitios; tal vez las bombas que han estallado por todo el país hayan incrementado la vigilancia policial en museos y monumentos ya que pasas el bolso o la mochila como en los aeropuertos; en nuestro camping todas las entradas están custodiadas por policías armados. He visitado todas las mezquitas que he podido y he rezado ante el Mirab; me gusta este pueblo amable que guarda tantas y tantas civilizaciones en sus genes: Otomanos, selucidas, griegos, romanos, etc... Me fascinan sus monumentos, me gusta su cocina, su alboroto, ¡¡que me gusta vaya!! Al llegar al camping hay un gran mercadillo instalado fuera y compro multitud de cosas; son muchísimo más baratas: cojines, manteles, bolsos, multitud de cosas que me gustan; además, como soy un harto ordinaria, me encanta lo que brilla y allí había brillos por todas partes; en el mercadillo hay una parte dedicada a la alimentación y aprovecho y compro reservas de hortalizas, frutas, sandias, melones y cosas que no sé lo que es pero que tienen que estar riquísimas.

DIA 14 Hemos ido a los barrios periféricos cuesta arriba y cuesta a bajo, en pleno corazón del pueblo donde no hemos visto ni un solo turista. Todo Sultanamest. He comprado una cortina de madera para la terraza y en tiendas de bebé un cochecito tipo paraguas para mi futura nieta o nieto, precioso y baratísimo; hemos comido en el Bósforo, en un restaurante donde sólo había turcos: un kebabs de alucine y especialidades turcas que no sé cómo se llaman; paso del té, no me gusta y Enrique toma café por todos sitios, pero dice que no es para tanto. Enrique ha probado la cerveza del país que se llama Éfeso y se queja de la cantidad de azúcar que le ponen a todo, sobre todo al café. Volvimos al Bazar Egipcio; tal vez uno de los sitios para compras que más me han gustado incluso más que el Gran Bazar. Hemos conocido a un judío serfadita con el que hemos estado charlando bastante rato. Paseo por el Bósforo al atardecer con la Torre Galata al fondo. Cuando regresemos veremos más cosas, pues José y María Teresa han de ir a la boda de un sobrino y se les acaba el tiempo. Nosotros, cuando marchen, nos recrearemos a la vuelta. DIA 15 Hoy celebramos el Santo de Enrique y partimos hacia Ankara; nos ha costado trabajo entrar en Asia por los múltiples puentes, rotondas y carreteras; un señor al que hemos preguntado ha ido delante nuestra y nos ha dejado en la autopista; invitamos a los alicantinos en un restaurante de carretera; pobrecito él pero la cocina turca excelente y como de postre unos albaricoques en almíbar deliciosos. Nos coge tal lluvia que hemos de parar y escucho el trueno más gordo que he oído en mi vida; un aguacero criminal. Al final acabamos en un pueblecito para pernoctar en una gasolinera. El camping lo están reformando y, como es temprano, nos dirigimos a un barbero próximo donde Enrique se corta el pelo y se afeita. Nos obsequian con el té de manzana que yo, claro está, no tomo y

doy a Enrique mi vaso a escondidas; toda la noche lloviendo pero muy tranquilitos. DIA 16 Hace frío. Yo espero el calor asfixiante que tanto me gusta y el clima es más bien frío. Llegamos a Capadocia por un camino rural pues nos confundimos al ver una indicación de Avalos y, creyendo cortar camino, metemos la pata hasta el gorro. Llegamos a Avalos y estamos en Capadokia o Capadocia, cuya traducción es “La tierra de los caballos bellos”. Hemos entrado en la primera iglesia subiendo por unas escaleras terroríficas de madera, pero los frescos que hemos visto merecían la pena; hemos visto varias pero si hubiéramos entrado a todas las que nos apetecían nos hubiéramos dejado el presupuesto del resto del viaje. En el Valle del Zelme, viendo formaciones, me bajo y me llevo un susto de libro ¡entre las piedrazas, una serpiente horrible! ¡menudo susto! Estas formaciones, al parecer, se deben a que hay un volcán, hoy inactivo, el Erciyes, que dio lugar a las mismas. Al parecer, los habitantes vivían fuera de ellas durante la Edad Media pero cuando había conflictos bélicos, se refugiaban dentro; esto solía ocurrir en las ciudades subterráneas, donde hay pisos y pisos que se adentran en el interior de la tierra; justito donde hay menos luz es donde las pinturas están mejor conservadas. KAMIRAKLI y Ozkomak son dos buenos ejemplos, aunque hay muchas muchísimas. Pero lo que más me gustó fue el Valle de Goreme, sobre todo las chimeneas de las hadas, hoy convertidas la mayoría en palomares, aunque quedan algunas habitadas. ¡Qué me ha gustado Capadocia! Me quedaría un montón de días pero Macarena llama con la preocupación de las dichosas bombitas: hoy han muerto dos franceses en una playa cercana a Efeso; los sobrinos de los alicantinos también llaman insistiendo en el peligro. Realmente yo prefiero morir viendo Capadocia u otra cosa que me llene, que en la cama de un hospital enchufada a un suero; Enrique trata de

convencerme con el estado de gestación de Macarena pero yo no me quiero ir de aquí. Dormimos en una plaza donde se nos unen varias AC y varios muchachos nos dejan propagandas de campings. Damos una vuelta por el río y vemos una boda; simpatiquísimo el acto. Dormimos en paz; yo, por lo menos, a pesar del terrorismo, las bombas, el islamismo y todas esas cosas, no me quiero ir de Turquía. Los niños han llamado esta noche tres veces para convencernos de que nos vayamos. DIA 17 Pido ir a Pamukale antes de marcharnos de Turquía. Aunque me hubiera quedado más días en Capadocia y nuestro propósito, cuando marcharan los alicantinos, era quedarnos por lo menos una semana en Estambul, pero en fin por lo menos consigo ir a Pamukale. Así que salimos dirección Konya que, según la tradición, es la primera ciudad que se creó después del diluvio. Es una ciudad integrista. Sus múltiples mezquitas son muy ortodoxas y aunque José pasa de largo, nosotros nos quedamos a ver la ciudad aunque sea por encima. Aquí se visten muchos de ellos con barba y la kandora corta o sea, con minifalda, como se dice en Marruecos de los muy ortodoxos. La ciudad artísticamente no tenia desperdicio pero los poderes mandan. En esta ciudad tienen una fiesta de danzas que, al parecer, es una reminiscencia de las danzas que bailaba el rey David delante del Arca de la Alianza. En las áreas de descanso hay mezquitas para realizar las 5 plegarias que manda el Corán; muy cuidadas y limpias, sólo he visto que las utilizasen los camioneros. Dormimos en otra gasolinera que tiene Mezquita incluida pero al tratar de llenar agua, el cuidador de la Mezquita quiere lavarnos la Ac y al decirle que no, no nos deja llenar de agua; supongo que caridad con el viajero.

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